Especialistas del INTA evaluaron técnicas como el compostaje y su desinfección con solarización a altas temperaturas. Así, lograron reducir la presencia de fitopatógenos que producen la pudrición blanca en hortalizas. Se trata de un hongo capaz de permanecer en el suelo por más de 20 años y dañar las producciones de lechuga, coliflor, repollo, cebolla o calabaza.
