Expositores 2017

21/02

21/02 – UNA VIDRIERA PARA LAS NUEVAS RAZAS

Por primera vez, la Asociación de Criadores de Ganado Sanga se presenta en la exposición para dar a conocer las virtudes de San Ignacio, la adaptación argentina.

La relocalización de la ganadería en el país llevó a la introducción de nuevas razas adaptables a un clima de altas temperaturas y pasturas más pobres. En este escenario surge la Asociación de Criadores de Ganado Sanga, que por primera vez se presentará en Expoagro con sus ejemplares.

Proveniente del sur africano, los vacunos Sanga se caracterizan por su gran resistencia a las temperaturas cálidas. Esto los hace aptos para adaptarse a las exigencias climáticas que plantean el NOA y el NEA. Así lo analizaron al menos un grupo de técnicos, que comenzaron a introducir estos animales hace ya más de 20 años atrás en la Universidad Católica de Córdoba, desarrollando una investigación que tenía como objetivo final la formación de una nueva raza puramente argentina a partir de un programa de cruzamientos. Y entre todos los ecotipos que presenta el grupo Sanga, se decidieron por la raza Tuli, ya que cumplía también con requisitos imprescindibles como una excelente fertilidad y calidad de carnes.

“Se midió muchísimo el tema fertilidad en las hembras, la ganancia de peso y desde el año 96 se empezaron a traer los primeros embriones de la raza Tuli y los primeros cruzamientos con semen puro que se importó”, comenta Luis Balfour, vicepresidente de la asociación y uno de los involucrados desde el inicio en este proyecto. Toda esta primera etapa de investigación se extendió hasta el año 2001, cuando se comenzó con el desarrollo de la raza que derivó en el origen del ganado San Ignacio: un bovino puramente argentino, producto del cruzamiento de la raza Tuli con ganado de origen británico (Angus, Hereford y una pequeña proporción de Simmental).

“Hoy en día tenemos una raza San Ignacio totalmente estabilizada y la tarea ahora es hacerla conocer cada vez más y que llegue a más lugares de la Argentina”, afirma Balfour, quien se muestra orgulloso del resultado final luego de varios años de trabajo. Es que hasta el momento los ejemplares han mostrado una alta tasa reproductiva en hembras, abundante producción de leche, excelente calidad de carne, fácil manejo y docilidad, y engordes rápidos al momento del destete. “No ha habido tantos animales disponibles a la venta porque el resultado en los rodeos era tan bueno que los mismos criadores se guardaban los toros. Pero hace dos o tres años empezamos a abrir un poco más el juego y vendemos hembras y machos”, añade.

El área de acción del San Ignacio es principalmente las provincias de Chaco y Santiago del Estero. Pero a pesar de ser una raza hasta el momento poco conocida, y con escasos años de carrera, su incidencia también puede notarse en otras zonas de Formosa, Salta, el norte de Córdoba y San Luis y hasta en algunos puntos de La Pampa y la provincia de Buenos Aires. “Por trabajos que hemos realizado, basado en ventas de toros, debemos estar aproximadamente arriba de los 75 mil vientres”, informa el directivo de la Asociación de Ganado Sanga. Y las perspectivas hacia futuro de la raza solo prometen buenas noticias.

“Para todos los criadores de San Ignacio el año pasado fue muy bueno desde el punto de vista de la comercialización”, explica Balfour. “Fue una gran explosión, luego de tres años donde hubo escasa inversión en genética y reproductores, lo que ocasionó una merma de casi 10 millones de cabezas de animales bovinos para carne”, manifiesta.

Pese a algunos vaivenes, el panorama sigue siendo positivo y el criador afirma que se esperan al menos tres años de una buena performance para el rubro: “Vamos a recuperar mercados y aumentar las exportaciones. Y la demanda interna va a volver a subir a medida que el país avance”. Para ello, según su visión, la gran apuesta pasa por ampliar la producción de terneros: “La cría es la gran inversión a futuro y desde la asociación queremos a acompañar a los criadores con nuestra raza San Ignacio, que posee muchísima fertilidad en las hembras. Hay trabajos hechos en vaquillonas de 15 meses con preñez y que al año siguiente vuelven a quedar preñadas, lo que es un gran desafío en estos campos marginales”.

La gran expectativa de la Asociación de Criadores de Ganado Sanga está puesta ahora en la próxima edición de Expoagro, que representa una gran ventana de difusión para una raza que tiene muy pocos años en el país y pretende ganar cada vez más terreno. Allí estarán presentes para su exhibición ejemplares machos y hembras, tanto de Tuli como de San Ignacio. “Vamos a estar la gran mayoría de los criadores, con una muy buena presencia de animales, de Chaco, de Córdoba y Buenos Aires, para que se vea que podemos estar en varias regiones”, promete el vicepresidente.

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