Lo que pasa en el campo

21/05/25

Mercado de vaquillonas: Indicadores que reflejan un momento virtuoso para la reposición genuina de vientres

Como todos los años, avanzada la zafra de terneros y en plena salida de vacas, una tarea obligada para el criador es analizar las diferentes relaciones de reposición que ofrece el mercado.

Un indicador que habitualmente se observa es justamente la relación de precios entre una vaca de descarte y un vientre joven preñado. Esto se consigue al contrastar el valor equivalente a una vaca tipo conserva de aproximadamente 400kg contra el valor medio al que se puede conseguir una vaquillona con garantía de preñez.

Si analizamos la evolución de esta relación en los últimos años (enero-mayo), vemos que históricamente se ha movido entre niveles de 2 y 3 puntos, marcando un promedio para el período analizado de 2,36. Esto implica que, dependiendo del año, con la venta de algo menos de 2,5 vacas de descarte el criador suele reincorporar un vientre nuevo preñado a su rodeo de madres.

Sin embargo, como todo cociente, su interpretación no es tan directa. Por ejemplo, cuando la relación es baja y favorece la compra, es importante observar si ese ‘abaratamiento’ de la reposición se debe a que el vientre no está siendo lo suficientemente valorizado por el mercado o bien, que la oportunidad de compra se esté generando por un muy buen valor de la pieza de refugo.

En efecto, en los últimos años, los momentos en lo que el valor de reposición marcó los niveles más bajos, 2019, 2020 y 2021, coindicen con períodos en el que la vaca comenzó a ser muy demandada para exportación y su valor de mercado se incrementó. Si bien esto trajo importantes mejoras en el valor de venta de esta categoría, derivó también en una fuerte erosión del stock de hembras que, al día de hoy no se ha logrado recuperar.

Actualmente, la relación de valores entre un vaquillona preñada ($1.200.000) y una vaca vacía de descarte ($1.100 a $1.200 el kilo) se ubica en torno a 2,6, entre un 10% y un 15% superior a lo registrado en los últimos años.

Sin duda esta firmeza en la relación, responde fundamentalmente a los muy buenos valores que comienzan a marcar los vientres, sumado -en menor medida- al estancamiento relativo que presentan los valores pagados por la vaca de descarte. En lo que va del año, el valor promedio medido en pesos constantes muestra en el caso de las vaquillonas una mejora real en torno al 18% respecto de un año atrás. En tanto que, en el mismo período, la vaca de conserva apenas logró una mejora en sus valores del 5% contra cerca de un 20% a 25% de suba que muestran otras categorías como novillo o novillito terminado con destino faena.

Lo interesante para el criador es focalizarse en otra relación de reposición que actualmente favorece la compra de vientres debido a la revalorización de su producto estrella, el ternero.

Bajo el mismo cálculo, si analizamos la relación entre el valor de un ternero macho de 180 kg y una vaquillona preñada, vemos que aun siendo mucho mas estable que la anterior, dicha relación se ubica este año en uno de los niveles más bajos de la serie (1,9) producto de los muy buenos valores que ofrece la invernada. En este caso, con un ternero ROSGAN mayo en torno a los $3.500 el kilo), la suba promedio que registran los valores en lo que va del año asciende al 24% interanual, superando así la suba que -hasta el momento- registran los vientres.

Este sentido, si plasmamos ambos indicadores en una misma gráfica y lo contrastamos con el valor de un vientre nuevo preñado medido a valores de hoy, vemos que al tiempo que los vientres comienzan a afirmarse muy lentamente, se consolida también una relación de reposición mucho más atractiva con la venta del ternero que planteada a partir del refugo de vacas.

En suma, esto configura un círculo virtuoso en el cual el incentivo a la reposición viene dado en esta ocasión por los buenos valores que ofrece el ternero, generando así una reposición genuina que no compromete en exceso la extracción de hembras del stock.

En efecto, la historia reciente nos muestra que cada vez que la relación de reposición contra el refugo de vacas ha sido más baja o al menos cercana a la relación contra el valor del ternero -tal es el caso de los años 2018, 2019 y 2020 retomando luego por cuestiones climáticas en varias ocasiones en 2022 y 2023- la extracción de vacas para faena ha sido muy elevada.

Hoy, frente a la inminente necesidad de recomponer el stock de hembras luego de 5 a 6 años en franco retroceso, el mercado ofrece una muy buena oportunidad para iniciar este proceso de
reconstrucción.

Sin embargo, el valor de los vientres aun no parece estar expresando plenamente la firmeza que debería adquirir frente a un contexto en cual el crecimiento proyectado para la demanda de carnes
supera ampliamente el nivel de oferta alcanzable en los próximos años.

Fuente ROSGAN

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