Gypsy Vanner, la raza equina que ofrece un “freno” en los tiempos de la inmediatez

En Capilla del Señor, la cabaña “Magical Ranch” es la única criadora de esta raza en el Mercosur. Además de su belleza, es una raza que se caracteriza por su gran docilidad.
En los tiempos que corren, donde la inmediatez hace olvidar lo importante, buscar alternativas para reconectar socialmente se vuelve cada vez más necesario. El uso de animales para lograr ese cable a tierra no es nuevo y, de hecho, lo hacemos todos a diario con nuestras mascotas. Pero en la cabaña “Magical Ranch” fueron un paso más adelante y profesionalizaron la actividad con el uso de caballos de la raza Gypsy Vanner, cuyas características más sobresalientes son su belleza y docilidad.
Esta raza equina, también conocida como Irish Cob o Gypsy Cob, se originó luego de la Segunda Guerra mundial en las zonas de Irlanda y Gran Bretaña, cuando los gitanos buscaban un caballo idóneo para tirar de sus caravanas, que fuera dócil, vistoso y con fuerza para poder trasladar a sus familias.
Sin embargo, el renacimiento genético de la raza se produjo a comienzos de la década del ‘90, de la mano de un matrimonio estadounidense (Dennis y Cindy Thompson) que viajó al Reino Unido y, por casualidad, tomó contacto con un padrillo gypsy y decidió desarrollar la raza en su tierra natal.
Argentina tiene un privilegio con los Gypsy Vanner: la cabaña “Magical Ranch” es la única criadora de esta raza en el área de cobertura del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los tres ejemplares que fundaron la raza en Argentina en el año 2016, fueron Panthera (padrillo) y dos yeguas, Ebony Rose y Bette Noir, esta última preñada y madre del primer Gypsy nacido en el país, Arthur Guinness.
María Julia Burgos, propietaria de la cabaña ubicada en Capilla del Señor, comentó que “de las dos madres fundadoras salieron ocho caballos y de esa primera camada, que ahora tiene seis años, nacieron los tres que este año presentamos en la muestra de Palermo”.
La llegada de esta raza al país tuvo un fin muy particular: que el caballo se acerque a la familia, que se puedan hacer actividades recreativas, que se atiendan también temas educativos de forjado de habilidades sociales, para que los niños, desde muy temprana edad, se puedan integrar mejor en los colegios e incluso familiarmente.
La criadora reconoció que “no todos los caballos pueden hacer esta tarea, y eso habla de la docilidad y el temperamento genético que traen estos animales. Nuestra misión es armar un centro recreativo y para eso abrí una Fundación que ayude a que todo esto se pueda hacer”.
“Magical Ranch”
El establecimiento conducido por Burgos, “Magical Ranch”, cuenta con un predio de alrededor de 20 hectáreas y la intención es encontrar interesados en dar continuidad a la raza en Argentina.
“Los Gypsy tienen una característica muy especial que es su mansedumbre y docilidad, que permiten que la educación y el forjado de habilidades sociales a través de actividades con caballos sean perfectamente aplicables. Esta raza está diseñada genéticamente para ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas personas”, remarcó la productora.
En ese sentido, puso el acento en que “son animales que brindan confiabilidad, entonces se transforman en un elemento confiable para brindar este servicio de acción social que tenemos como misión en Magical Ranch”.
El grupo de madres con que cuenta la cabaña, está destinado a la reproducción, y para fin de año se espera el nacimiento de tres nuevas crías: “Estamos encaminando el tema de la reproducción desde la primavera hasta el otoño, para ver si podemos ampliar el pool de cría que pretendemos consolidar, y también, que el crecimiento de esta raza pueda ser acorde a la necesidad que hay”.
El plantel actual de madres lo componen seis animales, surgidos de todos los nacimientos de los últimos seis años, con lo cual hay seis hembras en proceso de reproducción y otras tres en crecimiento, lo que hace un total de nueve madres potenciales. Además, están las tres crías en gestación de las que todavía no se conoce el género.
En el caso que sean machos se mantendrá alguno como reserva genética para reproducción, y en caso de haber más se los castrará para incorporarlos a entrenamientos puntuales para el desarrollo de tareas.
Centro Modelo
En cuanto al Centro Modelo que funciona en “Magical Ranch”, Burgos apuntó que “hemos dado tres pasos muy importantes para poder llevar a cabo esta misión. En primer lugar, pudimos inscribir la fundación y habilitar toda la formalidad bancaria y administrativa para tener una aceleración en crecimiento y desarrollo. La Fundación María Burgos tiene como misión el cuidado, la cría, la promoción y el armado de equipos interdisciplinarios para que esta misión pueda ser realizada por profesionales con mucha idoneidad”.
Entre las distintas alternativas para colaborar con la Fundación, una muy interesante es el padrinazgo de algún caballo, para que chicos sin recursos puedan acceder a las terapias.
“Es muy importante que podamos tener una acción social por parte de personas o incluso empresas que puedan derivar parte de sus impuestos para colaborar en el armado de esto y que la calidad de vida de estas personas pueda verse mejorada de manera concreta y tangible”, razonó la criadora.
Otro paso dado para la concreción del Centro Modelo, es la contratación de profesionales encargados de los entrenamientos de los animales para que “el día que las familias quieran utilizar un carruaje o los chicos sean paseados para desarrollar habilidades sociales, o para la integración familiar a nivel recreativo, puedan tener la garantía a partir de la idoneidad profesional que tiene Rodolfo Pollisiuk”.
Además, se contrató un especialista en el ensillado de los caballos, tarea que incluye educar al animal para sumarle a la docilidad genética el plus de un aprovechamiento de esas habilidades desde la silla.
En lo que se refiere a profesionales sumados a esta propuesta, “hemos incorporado a la parte de entrenamiento de caballos a un argentino que desde hace dos décadas triunfa en Europa que es Fernando Noailles, que se ha dedicado en los últimos años a actividades de acción social. Por ejemplo, en España trabajaba en cárceles, logrando un gran éxito en la menor reincidencia en el delito y la integración social de grupos muy vulnerables, como pueden ser las personas encarceladas”.
En este punto, la criadora también valoró la posibilidad de que “a través de Fernando podamos crear una comunidad que mediante los caballos le pueda permitir a las familias restablecer el ritmo natural de los humanos, relacionarnos mejor entre nosotros y con los seres sintientes que nos rodean”.
Burgos remarcó que la intención es “poder consolidar a través de la Fundación que la cría de estos caballos no se detenga y nos acompañe a la par de la gran necesidad que hay a nivel social y de humanidad para que alguien nos diga ‘paremos que todavía estamos a tiempo’”.
En este marco, para el 4 y 5 de octubre están preparando en “Magical Ranch” el primer encuentro con Fernando Noailles, con una actividad “donde vamos a invitar a la gente a dar ese primer paso que les hace falta para mejorar la relación vincular con familias, amigos, compañeros de trabajo, y podamos restablecer un ritmo más natural y adecuado para atravesar esta etapa de la humanidad con mucha más plenitud”.
Por otra parte, se firmó un convenio vital para el desarrollo de esta propuesta con Iván Camaño, presidente de la Fundación Mision-Ar que desarrolla actividades de acción social y educación de nivel internacional. Según Burgos, esta alianza “nos permitirá consolidarnos para que nuestro trabajo llegue a muchísima más gente en situación vulnerable y que en educación puedan dar un salto cualitativo en su desarrollo personal y perspectivas de futuro”.
Por Pablo Salinas
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