Romina Arrieta, orgullo joven del transporte de hacienda
Lo que comenzó como acompañar a su hermano para abrir tranqueras y cebar mate, se transformó en una pasión que hoy comparte con él: ambos son los choferes que sostienen el legado familiar en el transporte de hacienda.
Romina Arrieta es hija de un transportista y hermana de Brian, el primer chofer de la empresa familiar «Los Vasquitos Hermanos», y encontró su vocación detrás del volante. «Con el paso del tiempo, mi hermano empezó a cederme el volante y así arranqué a conocer este oficio que no solo me empezó a gustar, sino que también aprendí a disfrutar. Luego mi papá adquirió otro camión y me propuso manejarlo ¡Y acepté sin dudarl0! Hoy mi hermano y yo somos los dos chóferes de la empresa», cuenta la joven de 25 años oriunda de Rauch, provincia de Buenos Aires a Expoagro.

Sobre los desafíos que enfrenta al transportar hacienda y cómo resolver diversas situaciones en tu día a día, Arrieta explica que cada carga es única y diferente. «Mantengo siempre la mejor predisposición, cuido mi camión y, sobre todo, el bienestar de los animales. Coordino cada traslado para que todo fluya sin demoras y con responsabilidad, garantizando los valores de nuestra empresa y la confianza de los productores ganaderos.«
Describe la rutina de un viaje típico en la ruta, diciendo: “Un viaje comienza con la revisación completa del camión: agua, aceite, gomas y todo en condiciones. Luego engancho el acoplado, organizo la carga junto al encargado y recibo los papeles para poder circular. Tras asegurar que la hacienda esté en orden, emprendo el rumbo al destino indicado por la guía. Lo que más disfruto son los amaneceres y atardeceres que regala la ruta, el mate como fiel compañero, la música y el conocer gente nueva. Y sobre todo, esa sensación de libertad mezclada con el compromiso de cuidar la hacienda que transporto”.
En relación a las habilidades necesarias para desempeñarse en el transporte de hacienda, la joven subraya que más allá de la destreza al volante, lo fundamental es la actitud frente a los desafíos. “Lo más importante es tener paciencia, ser firme y poder tomar decisiones rápidas cuando surge algún imprevisto sin ponerse nervioso. También es clave llevarse bien con el productor, con los signatarios y con los compañeros, porque todo el trabajo depende de una buena coordinación y de la confianza entre todos”, destaca.

Y sobre los cambios que percibe en el sector del transporte de hacienda en los últimos años, dice: “Desde que comencé a trabajar en el rubro siempre encontré un ambiente solidario, respetuoso y muy atento. En Rauch, donde vivo, todos nos conocemos y eso me permite aprender constantemente. Al manejar el camión recibo buenos deseos de la gente y, cuando viajo a ciudades o provincias lejanas, también me encuentro con personas predispuestas y solidarias. Esto demuestra que como sociedad hemos avanzado. La colaboración y el respeto siguen siendo una constante, lo que me permite trabajar con tranquilidad y pasión por lo que hago.”
Al finalizar Arrieta reflexionó los desafíos de su oficio y señaló que en el transporte de hacienda siempre surgen imprevistos —como encajes, roturas de camión, demoras o noches fuera de casa—, pero que la clave está en sostener la bandera del compromiso y la responsabilidad. “Saber que al volver nos espera una familia que nos apoya y motiva hace que, a pesar de las dificultades, ame lo que hago y me sienta orgullosa de formar parte de este rubro. Con dedicación, pasión y esfuerzo se puede superar cualquier obstáculo”, concluye.
Por Marizú Olivera Orquera
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