Prensa

30/09

AFAT, la asociación que representa la maquinaria agrícola de alta tecnología para el campo argentino

En un mano a mano con Expoagro, Reynaldo Postacchini, presidente de AFAT, hizo un repaso institucional, adelantó los proyectos en los que trabajan desde la asociación y las expectativas para la megamuestra en marzo.

AFAT nuclea a diversas empresas vinculadas a la fabricación y comercialización de cosechadoras, tractores, pulverizadoras, maquinaria y motores en Argentina que edición tras edición participan de Expoagro con sus últimas novedades. 

En esta línea, y preparándonos para lo que será la megamuestra a cielo abierto más importante de la región del 8 al 11 de marzo en San Nicolás, Reynaldo Postacchini, presidente de AFAT hizo un balance institucional y adelantó los proyectos en los que trabajan desde la asociación.

“Nuestro desafío es desarrollar partes nacionales de calidad mundial a costos y escalas de producción competitivos, por lo que se debería incentivar la adopción de estándares internacionales de calidad en toda la cadena de valor. El mundo demanda lo que producimos. El objetivo debe ser alcanzar la integración productiva y lograr la sinergia con otros mercados en búsqueda de una red integrada y con altos estándares de calidad”, así lo expresó Postacchini.

Para lograr este objetivo, entre distintas acciones, encararon un trabajo en conjunto con el INTI, en el que buscan la manera de localizar ensayos y, de este modo, poder homologar en el país partes y piezas fabricados localmente. 

Otra de las acciones tiene que ver con un Plan Canje de Maquinaria Agrícola que comenzaron a elaborar en 2019 con el objetivo de modernizar el stock y lograr así un salto en la eficiencia y productividad de las tareas agropecuarias. En febrero de 2020 fue presentada una primera propuesta ante la Secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa. Hoy continúan trabajando en su perfeccionamiento junto con ACARA. 

Al respecto, Postacchini señaló: “Sin una estabilidad económica razonable es muy difícil que este tipo de iniciativas tengan éxito, pero estamos convencidos de que no debemos abandonar los esfuerzos tendientes al fortalecimiento y mejora de la principal actividad económica del país, ya que su desarrollo impulsará el progreso de más y diversas actividades”.

En la misma línea, se refirió al cepo importador y su impacto en la producción de tecnología: “En Argentina el déficit de la balanza comercial afecta el acceso a las divisas necesarias para incorporar piezas y partes como cubiertas, motores de última generación, componentes electrónicos e hidráulicos, maquinaria y tecnología que no se producen en el país”.

Su ingreso se encuentra administrado a través del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI). Este proceso adolece de ciertas demoras que impactan en la disponibilidad final.

Frente a este escenario, destacó: “Hoy por hoy, nos encontramos produciendo y comercializando lo que podemos y no lo que sería necesario para responder a la demanda real de productores y contratistas, tanto en cantidad de unidades como en tecnología”.

Una de las preocupaciones manifestadas recientemente por AFAT es que el parque de maquinaria agrícola nacional envejece de manera significativa. Los números del Censo Nacional Agropecuario (CNA 2018) arrojaron que el 74% de los tractores y el 47% de las cosechadoras argentinas corresponden a equipos con más de 15 años de vida. Y si contabilizamos la obsolescencia a partir de los 10 años, esos porcentajes suben al 84% y 72% respectivamente. 

Si bien señaló que “los factores que dispararon este escenario son múltiples, el efecto es uno: un gran retraso en la incorporación de tecnología, lo que significa rindes por debajo de su potencial; cosechas poco eficientes, con mermas evitables; mayor contaminación ambiental; falta de seguridad y ergonomía para los operarios; mayores costos de mantenimiento y de operación”. 

Otra de las inquietudes de la asociación tiene que ver con la carga fiscal tanto en los procesos productivos como en la comercialización. Al respecto, el presidente de AFAT ejemplificó: “Un tema no menor es una adecuación en la operatoria del IVA técnico a fin de no perjudicar a los fabricantes nacionales y ponerlos en posición desventajosa con relación a la situación fiscal de otros países que exportan maquinaria a nuestro mercado”.

Por otro lado, se refirió a la importancia de buscar y fomentar líneas de crédito a la producción, ventas y exportaciones de maquinaria. “Es clave que exista financiamiento a tasas competitivas, de largo plazo, con montos en volúmenes acordes a la demanda y que se ajusten a las necesidades de ambas actividades, la de fabricación y la de producción agropecuaria”, puntualizó. 

Después de dos años, nos vemos en marzo

Por último y palpitando lo que será una nueva edición de Expoagro 2022 edición YPF Agro del 8 al 11 de marzo de 2022 en San Nicolás, expresó: “Debido a la importancia que como exposición a campo abierto tiene Expoagro para la Argentina y el sector agroindustrial en particular, AFAT no puede permanecer ajena”. Y argumentó: “Los miles de visitantes de la Argentina y el mundo que asisten y participan del megaevento demuestran la relevancia de este punto de encuentro para exhibir los últimos avances de la tecnología en maquinaria agrícola y para los agronegocios”. 

Tan es así que Agrale Argentina; CLAAS Argentina; Industrias John Deere Argentina; Jacto Argentina y Stara Argentina, integrantes de AFAT, una vez más serán protagonistas de la gran vidriera de la Capital Nacional de los Agronegocios. 

Por último, Postacchini añadió: “Nuestras expectativas, después de dos años de encuentros virtuales, son muy altas: tenemos mucho entusiasmo y ganas de reencontrarnos con la comunidad”.

Las empresas de AFAT

  • Tienen una capacidad instalada de 12.000 tractores, 4000 cosechadoras, 77.000 motores y 1000 implementos. La producción se ajusta cada año en función de la demanda. 
  • Satisfacen las necesidades del 100% del mercado de las picadoras de forraje, del 92% de las cosechadoras y del 77% de los tractores que utilizan productores y contratistas argentinos.
  • Generan alrededor de 8500 puestos de trabajo directos e indirectos, cuentan con más de 600 puntos de venta y 8 plantas industriales –en total, una superficie fabril de más de 500.000 m2– y cerca de 2000 proveedores locales.

 

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