Lo que pasa en el campo
13/06
Carinata: un cultivo destinado a volar y cuidar el ambiente
“Carinata es un cultivo de cobertura, con renta, que se presenta como una opción de diversificación para los cultivos invernales, pero además se comercializa para la producción de biocombustibles para aviones”, dijo el ingeniero agrónomo Sebastián Bravo, Gerente del Negocio Carinata de la compañía semillera Nuseed.
La empresa hace más de diez años tiene su casa central en Venado Tuerto, con su Centro de Innovación (tercero propio en el mundo), donde concentra las tareas de logística, operaciones, ventas, administración, control de calidad e investigación de Sudamérica. Precisamente en este Centro de Innovación tiene localizado su programa de investigación de Carinata, y también el testeo de híbridos de canola del programa de Australia. El programa de investigación de Girasol comparte sede en esa ciudad del sur santafesino, mientras que el de Sorgo lo tiene en el campo experimental de Sunchales.
Argentina es el primer país del mundo donde se produce Carinata en escala y su crecimiento es notable: hace cuatro años sembraban 1.600 hectáreas; actualmente, ya con semillas híbridas (Nujet 400) siembran 32.000 hectáreas. El próximo objetivo, campaña 2023, es 75.000 hectáreas. En Uruguay, con más años de investigación, están cerca de las 2.000 hectáreas. A la vez, Carinata tiene una creciente aceptación en Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Bolivia, y también Europa.
Luego de estos años de investigación, desarrollo y pruebas, en los que la compañía creció exponencialmente en hectáreas dedicadas al cultivo de Carinata, destacan que están obligados a cumplir estrictos parámetros de exigencia, como que la Carinata no puede producirse en lotes donde se haya desmontado. El compromiso ambiental es una de las claves de las normas internacionales que certifican y, por tanto, están comprometidos a cumplir.
Bondades y beneficios
“La Carinata es un cultivo de cobertura que permite generar un biocombustible de segunda generación para la industria aeronáutica”, apunta Sebastián Bravo, y añade: “Nuestro objetivo no es solamente una propuesta de valor para el productor agropecuario, sino también ser referentes de la agricultura sustentable para ayudar a reducir las consecuencias de los gases de efecto invernadero – CO2. Carinata reduce al menos el 80% de la huella de Carbono, cuando se utiliza como combustible”, remarcan.
Con datos respaldatorios, comentó que la industria aeronáutica es responsable del 3% de las emisiones de Carbono a nivel global. Los máximos referentes de esa industria en el mundo decidieron que para el año 2030 deben reducir la mitad de las emisiones de las que son responsables. Y para el año 2050 el objetivo es ser neutros. “Entonces hay que buscar soluciones en materias primas adecuadas, que no dañen el ambiente y que no sean comestibles”, explicó Bravo, dejando en claro la diferencia de la Carinata sobre soja, maíz y otros que, si bien se usan para biocombustible, también son materia prima para comestibles humanos.
Bravo repasa las cualidades como cultivo de cobertura, rentable, que es buena opción para diversificar cultivos invernales, y remarca: “además se comercializa para producir biocombustibles para aviones. Este cultivo produce un grano del cual se obtiene un aceite ‘no comestible’ destinado a la producción de biocombustibles de segunda generación”, remarca.
Nuseed tiene un convenio con Saipol, de Francia -el mayor procesador de semillas oleaginosas-, y “todo lo que se produce en Argentina va para Francia”. Como subproducto del crushing de donde surge el aceite se obtiene una harina muy rica en proteínas, libre de organismos modificados, cuyo destino es la nutrición animal, particularmente aves.
Negocio compartido
“Ofrecemos un modelo de negocio que aporta rentabilidad al productor y, al mismo tiempo, suma grandes beneficios a la rotación y a la salud del suelo”, dice Bravo.
“Las aerolíneas están obligadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en grandes porcentajes en los próximos años, por lo que existe una demanda real para este producto. Y el biocombustible generado a partir de este cultivo ha probado ser el más eficiente en reducir la huella de carbono de la aeronáutica. Nos apuran para que los entreguemos. Hoy no hay techo, el potencial de Carinata es enorme, está todo por hacerse. La industria de la aviación lo midió, lo probó y dijo: esto es lo mejor. Los aviones no tienen ninguna diferencia con el rendimiento respecto de combustibles fósiles y tampoco hay que hacerles modificaciones en los motores o en las turbinas. El biocombustible de segunda generación obtenido de la Carinata se puede usar puro o en cortes”, concluyó Sebastián Bravo.
Por Alejandro Guerrero
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