Clara Mato: “Mi primer miedo fue pensar: la voy a fundir”

Clara Mato: “Mi primer miedo fue pensar: la voy a fundir”

Clara Mato se hizo cargo de Mecano Ganadero al fallecer su padre y, si bien los primeros tiempos fueron duros, hace seis años que lidera el trabajo en la empresa apuntalada por tres pilares: el humor, el trabajo en equipo y la confianza.

A Clara Mato siempre le gustó todo lo relacionado con el campo y los animales, tanto que al finalizar el secundario pensó en estudiar veterinaria. Pero como se había llevado “tantas materias en el colegio”, como ella misma dice, “pensaba que no iba a poder y me arrepiento”. Pero la vida misma la haría dejar los estudios de Relaciones Públicas que había comenzado en la ciudad de Buenos Aires, para hacerla regresar a su 9 de Julio natal donde comenzó a trabajar como cadete en la empresa de su familia, Mecano Ganadero

Si bien el primer motivo de su vuelta tuvo que ver, como les sucede a muchas personas del interior, con que estaba “algo cansada de Capital”, esta decisión tomó más sentido a los pocos meses cuando se entera de la enfermedad de su padre Alejandro, quien falleció tres años después dejando a Clara, con 27 años, al mando de la empresa que ya lleva tres generaciones en el negocio de productos e instalaciones para el ganado.

Expoagro (E): ¿Cómo fue hacerte cargo de la empresa familiar?

Clara Mato (CM): Al principio no sabía ni por dónde empezar. Lo primero que hice fueron los costos y el stock, iba a contar cuánto alambre tenía. Mi primer miedo fue pensar: La voy a fundir. Es una empresa que está desde 1968, pero como tercera generación acá la estrello, decía. Pero no fue así. Si bien los primeros años fueron difíciles, un día me dije que me tenía que tranquilizar y confiar, no me quedaba otra, sino me tenía que ir de la empresa. 

Alejandro Mato, papá de Clara y creador de Mecano Ganadero.

Alejandro Mato, papá de Clara y creador de Mecano Ganadero.

E: ¿Tu padre te fue preparando para esta responsabilidad?

CM: Cuando comienza la enfermedad de mi papá, yo estaba como cadete en la empresa porque su idea era que empiece bien de abajo. Lo entendí porque eso me permitió pasar por todas las áreas y cuando llegó a su peor momento de salud, ya sabía cómo trabajaba cada una. Mi papá me dijo por dónde comenzar y cuáles eran las tres personas de confianza a las que tenía que llamar en caso de que le pasara algo.

E: ¿Cómo fueron los primeros años?

CM: Siempre rescato que, si no hay un equipo atrás que apoye, acompañe y elija creer, sola no podría transmitir todas las ideas. Empezamos a hacer camino, me presenté con los distribuidores que tenemos en todo el país. Al principio me miraban con cara de qué me va a decir esta chica. Pero de a poco la gente empezó a confiar en mí para que pudiera acompañarlos en cada uno de sus negocios. En las exposiciones me quedaba atrás para escuchar todo lo que decían los clientes y lo anotaba para empezar a trabajar sobre eso.

E: ¿Creés que como mujer tuviste más dificultades?

CM: Nunca lo tomé como algo que tuve dificultades. Soy una persona que encara el problema, voy al medio. Nunca pensé que por ser mujer me iban a decir cualquier cosa, al contrario creo que todos somos iguales. Siempre supe que me puedo equivocar pero también puedo aprender.

sabía que no iba a ser fácil sentarme con gente de 50 o 60 años, con 30 años de trayectoria en la empresa, cuando yo tenía 27 años. Tenía que demostrar, pero siempre hubo respeto entre las partes. Lógicamente tuve mis conflictos, algunos clientes que no creyeron en la marca pero que al año volvieron a pedir cotización y se dieron cuenta que seguíamos activos.

De la madera al acero, un cambio de modelo sostenible 

La historia de Mecano Ganadero, aunque el nombre todavía no sonaba, comienza con el abuelo de Clara, quien tenía a fines de los años ‘60 un corralón de postes y varillas. Allí trabajaban también su papá y su tío, quienes con los años incorporaron la venta de tranqueras de madera.

Clara Mato, de pequeña, en Mecano Ganadero.

Clara Mato, de pequeña, en Mecano Ganadero.

Pero fue en los últimos años de la década del ‘90 cuando la hija mayor de Alejandro, durante una visita escolar al corralón, le hizo una pregunta clave que sería la llave para abrir el Mecano Ganadero que hoy todos conocen. “Mi hermana le pregunta si por cada tranquera que hacía tenía que matar un árbol. Mi papá se quedó pensando y se dio cuenta de que tenía que hacer un cambio de modelo de negocio”. Así comenzó a buscar información y, al poco tiempo, se asocia con una empresa canadiense para comenzar a hacer corrales y estructuras de acero, siendo los primeros en Argentina en reemplazar la madera por caño galvanizado. “Al principio la gente no creía en estos sistemas de acero. Después, como toda transición, comenzó a funcionar al ver la calidad de los productos”, recuerda Clara.

E: Tu padre fue muy innovador. ¿Qué le sumaste a la empresa cuando te hiciste cargo en estos últimos años?

CM: Potenciٞé mucho los nichos donde no estábamos tan vistos. Fue correr el pensamiento de la gente de que solo vendíamos tranqueras y corrales, porque nosotros vendemos toda la gama de productos. Empezamos a trabajar en instalaciones ganaderas con gente especializada en el tema. También incorporamos toda la parte hidráulica para que se pueda trabajar con un solo operario en el menor tiempo posible para no estresar al animal. Empezamos a hacer muchos experimentos en campos para ver qué podíamos mejorar. Implementamos más tecnología para el galvanizado y para el pintado. Incorporamos casillas hidráulicas, instalaciones ganaderas, nuevas formas de financiamiento para el cliente. Todo eso va generando más apertura de mercados y oportunidades.

En este último tiempo exportamos a Chile, Nigeria, México, Paraguay, y tenemos distribuidor en Uruguay. La gente confía y eso es muy importante. Somos una empresa con garantía. Mi relación no termina en la venta, al mes llamamos al cliente para saber cómo le funcionó el producto. 

Además, pude cumplir uno de los sueños de mi papá que fue trabajar para el Mercado Agroganadero de Cañuelas. Eran alrededor de 42 consignatarios, tuve que hablar con cada uno para que nos eligieran. Eso me hizo pensar que se puede y me permitió demostrar que la marca estaba viva.

E: ¿Qué proyectos tienen?

CM: Seguir aumentando las exportaciones y trabajar con los distribuidores de las provincias para potenciar nuestros productos. Estamos haciendo una casilla hidráulica galvanizada. Siempre pensando en innovar y aplicar tecnología, teniendo en cuenta el bienestar animal y facilitar el trabajo al operario y al productor.

Con humor, todo es más fácil

Escuchar los buenos consejos, saber rodearse de las personas que querían acompañarla en este nuevo camino, y tener un buen equipo tanto interno como externo, son algunas de las virtudes que señala la actual presidente de Mecano Ganadero que la ayudaron a transitar estos seis años al frente de la empresa. Pero hay una característica en particular, que tiene que ver con su personalidad, que marca la diferencia: el humor. 

Si bien reconoce que “al principio lo único que quería era llorar”, recuerda que rápidamente pensaba: “si cuando nos reímos se liberan un montón de endorfinas y la cabeza se oxigena, eso te ayuda a ver las cosas de otra manera”.

E: ¿El humor es muy importante para vos?

CM: El humor te salva. Ojalá que no lo pierda nunca. Siempre fui de juntarme con mis amigas y reírnos a más no poder. A veces por estar tan enfocado en el negocio, uno se pone apático. Es importante no olvidarse de reírse. En definitiva no todo es tan trágico. Si un día algo sale mal, por lo menos lo intentaste. El humor fue clave para entender todo esto.

E: ¿Eso lo heredaste de tu papá?

CM: Mi papá me decía siempre: Entre seguir trabajando o irte a comer un asado con tus amigas, no lo dudes, te vas a comer el asado y mañana seguís trabajando. Y es así, al otro día arrancás en el negocio de otra manera.

Clara Mato.

Clara Mato.

E: ¿Qué le dirías a la Clara de hace seis años cuando se tuvo que hacer cargo de la empresa familiar?

CM: Le diría que los primeros dos años se tendría que haber reído un poco más pero que valió la pena. Le diría que se pudo y que se puede. Miro los videos de cuando era chiquita y me veo reflejada, tengo que seguir jugando porque a veces las personas se pierden en la diaria y hay que jugar, divertirse. Dentro de todo lo malo siempre hay que rescatar lo bueno y ser positivo, no quedarse enfocado en el problema sino mirar lo que se logró.

E: ¿Qué creés que te diría tu papá al ver todo lo que lograste?

CM: Me diría que elija mis sueños, que el sueño de él ya se cumplió. Una de las cosas que dijo antes de morir fue lo que me faltó fue reírme un poco más”. Y esa es una frase de cabecera que siempre tengo para decirle que me estoy riendo y estoy disfrutando más allá de todas las responsabilidades y obligaciones de cada día. Creo que estaría muy contento y orgulloso de todo lo que logramos.

E: ¿Cuáles son tus sueños?

CM: A mí me encanta conectarme con el mar, bucear. Es algo que lo tengo pendiente. Poder meterme en los océanos, en aguas profundas. También me gustaría pilotear aviones, había comenzado el curso pero lo dejé. 

No quedan dudas de que a Clara no la asusta enfrentar nuevos desafíos porque sabe, como decía su padre, que “el que abandona no tiene premio”.

Por Paola Papaleo

En caso de replicar este contenido en su totalidad o parcialmente, por favor citar como fuente a www.expoagro.com.ar en el primer párrafo y al final de la nota.

Compartir