Drones y microbiología, tecnología y ciencia al servicio del hombre de campo

Drones y microbiología, tecnología y ciencia al servicio del hombre de campo

El especialista en manejo de drones y estudiante de Ingeniería Agronómica, Joaquín Córdoba, junto a los fundadores de la firma Ceres Demeter, de desarrollo de microorganismos para el campo, participarán de la “Jornada de Jóvenes”, en Expoagro 2024, del 5 al 8 de marzo, en San Nicolás. A continuación, un adelanto de sus propuestas tecnológicas y científicas.

El desarrollo de la tecnología y la ciencia no siempre van de la mano de una bajada a tierra, literalmente, poniendo a disposición de los productores esos conocimientos. 

A continuación, dos ejemplos de que la investigación puede tener un correlato directo y, a veces, inmediato, favoreciendo las tareas de los hombres del campo argentino.

Joaquín Córdoba.

Joaquín Córdoba.

El caso de Joaquín Córdoba es un estudiante de Ingeniería Agronómica, de la Universidad Nacional de La Plata, proveniente de la localidad de Saladillo, y especialista en tecnología con drones.

El contacto de Córdoba con estos vehículos voladores no tripulados comenzó en 2017-2018 buscando lograr mayor eficiencia en las tareas de campo que realizaba junto a su familia en la región de Saladillo.

“Lo que hacemos son tareas de monitoreo y controles en campos, logística de seguimiento de cultivos, y hoy por hoy estoy tratando de introducirme a través de las imágenes tomadas del drone y con el uso de plataformas virtuales, en procesar y recoger datos que ayuden a planificar mejor o llevar adelante una labor de prescripción de siembra. Con la combinación de los datos logrados con el drone más las plataformas que hoy nos ofrece el mercado, podemos sacar conclusiones para mejorar la eficiencia en la agricultura”, graficó Córdoba.

El joven que está cursando su último año de carrera, también cuenta con la certificación como piloto de drones de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), lo cual le permite “operar con conocimiento sobre estos vehículos aéreos no tripulados, que han cobrado mucho interés en el campo argentino y se los ve mucho más en la labor rural, por eso es importante tener una normativa legal vigente”, razonó. 

En la tesis final de su carrera, Córdoba está trabajando con drones en el conteo de plantas y precisión (como la app Planting Quality), “entonces uno va al lote en estadios V3 o V4 de maíz, toma las imágenes y luego con las plataformas virtuales se procesan esos datos y se pueden sacar los coeficientes de variación, objetivos de plantas logradas, densidad, espaciamiento, logrando verificar las dificultades, saber qué tan eficiente fue la dosificación de la máquina y empezar a evaluar en términos de parámetros esos datos”, ejemplificó el investigador.

A modo de conclusión, Córdoba consideró que “en la actualidad el drone tiene que ser una herramienta más del ingeniero agrónomo para salir a recorrer los lotes, porque le permite llevar adelante labores de monitoreo con un importante ahorro de tiempo, mayor precisión de datos, y es una gran innovación para los campos agronómicos”, y al mismo tiempo consideró que “hay que seguir apostando a las nuevas tecnologías, hay muchas plataformas creciendo, y es hora de empezar a trabajar para que la gran cantidad de datos que estamos generando no queden solamente en la nube, sino que empecemos a trabajar con ellos y llevemos proyectos adelante. Un riesgo que se está corriendo con la digitalización es que tengamos muchos datos y no empecemos a trabajar sobre ellos”.

Ceres Demeter, de la probeta al campo 

Desde Río Cuarto, la segunda ciudad más importante por tamaño y cantidad de habitantes de la provincia de Córdoba, Sergio Bonansea y Christopher Kilmurray, impulsaron la idea de vincular ciencia con agroindustria, transformando el conocimiento científico en soluciones para el campo. Esa idea tomó forma a través de una BioTech que lleva por nombre Ceres Demeter. 

Kilmurray y Bonansea son productores agropecuarios y microbiólogos recibidos en la Universidad Nacional de Río Cuarto, desde donde “cranearon” esta propuesta que participará de la “Jornada de Jóvenes” que tendrá lugar en Expoagro 2024, del 5 al 8 de marzo, en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. 

A fines de 2009 principios de 2010, Sergio Bonansea fundó la firma, y en 2013 se asoció Kilmurray, momento en que la empresa avanzó con la unidad de negocios directa con el productor. 

De 2013 a 2017 los cofundadores realizaron un trabajo de conocimiento del mercado, iniciaron la venta de biológicos; en 2015 montaron los primeros equipos fermentadores; y en 2017 comenzaron a sostenerse económicamente mediante la comercialización de sus productos.

“Hasta 2019 no habíamos recibido ninguna inversión, momento en que se armó el plan final de desarrollo y transferencia de tecnología para negocios corporativos, y ahí comenzamos a tener el ingreso de nuevos capitales”, señaló Kilmurray.

En ese momento la empresa logró una importante evolución comercial, que rondó el 30 a 40% en los primeros años, para llegar a un 100% el año pasado, “con contratos de comercialización vigentes y acuerdos con grandes compañías”.

Durante 2023 Ceres Demeter también pudo hacer base en Estados Unidos para conocer el ecosistema, y comenzó a desarrollar el negocio en Paraguay, Brasil y Bolivia. “Estamos trabajando con estos cuatro países, consolidando los procesos de exportación”, graficó Kilmurray, a la par que informó que están avanzando rápidamente en la ampliación de la capacidad de producción de bioinsumos, incrementando diez veces las actuales.

Esta ampliación les permitirá abastecer con productos tecnológicos a 5 millones de hectáreas, y les brindará versatilidad para producir diversos microorganismos y moléculas. “Los próximos cinco años serán muy desafiantes en cuanto a la consolidación del mercado externo, la conformación de un equipo de profesionales de primer nivel y el montaje de una infraestructura que respalde todos los procesos necesarios para el desarrollo de nuevos productos y la llegada al mercado de la forma más ágil posible”, apuntó el empresario. 

La esencia de Ceres Demeter

“Ceres Demeter es una compañía biotecnológica dedicada principalmente al sector microbiológico y ahora sumamos la plataforma de nanotecnología, debido a que buscamos desarrollar tecnologías que colaboren con una agricultura más limpia y sustentable, en reemplazo del uso de agroquímicos o productos que tengan un impacto ambiental elevado”, explicó el investigador.

En este punto, el especialista precisó que utilizan microorganismos para generar productos de base microbiana que cumplan con diferentes funciones para resolver problemas de gran impacto en la producción agrícola, como enfermedades causadas por insectos, hongos y/o nemátodos; y problemas de deficiencia nutricional en las plantas donde los microorganismos juegan un rol clave.

Para llegar a la generación de estos productos, en Ceres Demeter se trabaja en tres etapas: la primera es el “scouting o prospección de microorganismos y tecnologías con potencial de resolver un problema de importancia agrícola detectado, y el desarrollo a escala de laboratorio para confirmar ese potencial; la segunda es el desarrollo a escala piloto e industrial del producto final, donde incorporamos a los microorganismos en nuestro sistema de desarrollo, para escalar los procesos de formulación y llevarlos a campo para validar su potencial en ambiente real/productivo; y la tercera es la etapa de habilitación regulatoria, demostración funcional y acuerdos comerciales con compañías para la llegada de nuestras tecnologías al mercado”. 

Según comentó el microbiólogo, “actualmente nuestra plataforma está nutrida por una gran cantidad de microorganismos con potencial de resolver varios de los desafíos definidos por la empresa, y con la plataforma de nanotecnología estamos apuntando a disminuir a la mínima expresión la cantidad de fertilizante aportada por hectárea, para reducir así el impacto de la huella de carbono”.

Casos de éxito

Forza: Primer bioestimulante bacteriano diseñado para el tratamiento de semillas de maíz en origen (semilleros).

Lograron que el tratamiento de semillas se pueda hacer hasta un año antes, y el diferencial de rendimiento promedio es de 400 Kg comparado al testigo.

En la actualidad este producto está comercialmente a disposición de dos semilleros, y lo están probando otros tres más. La firma cordobesa está comenzando con los procesos de exportación a Paraguay, Brasil y México.

Biopol P1: Primer biopolímero para tratamiento de semillas de maní, 100% biodegradable, desarrollado en conjunto con el INTA y la Universidad Nacional de Córdoba. Ya cuentan con acuerdo comercial con una empresa de agroinsumos multinacional, líder en el segmento. 

Nano CoMo: Acondicionador/complemento nanoparticulado para inoculantes de soja, a base de Cobalto y Molibdeno, 100% compatible con Rizobios. En este caso están iniciando los procesos de exportación para el mercado brasilero, de la mano de acuerdos comerciales con compañías multinacionales.

ISR PEANUT: Primer bioestimulante bacteriano diseñado para prevenir enfermedades fúngicas en maní, tales como el carbón y las podredumbres. Este producto está en proceso de registro y acuerdo comercial con una de las empresas de mayor presencia en el mercado de maní en Argentina.

Por Pablo Salinas

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