El amor es perfecto siempre que queramos

El amor es perfecto siempre que queramos

Celebramos San Valentín a través de 3 historias de amor en el agro que nos confirman que el amor se mueve mientras tengamos la voluntad de hacerlo. Nadie dijo que fuera fácil, pero sabemos que vale la pena intentarlo.

El amor lo cambia todo. Eso es algo que nos animamos a definir como una certeza. Enamorarnos nos da el valor para tomar grandes decisiones, para cambiar de rumbos y para animarnos a hacer cosas que en otro estado posiblemente no haríamos. Aun sabiendo que el amor, cuando se rompe, duele, apostamos de nuevo.

¿Podemos decir entonces que el amor es una fuente de energía inagotable? El enamoramiento pasa y queda, entonces, lo que construimos. Ese es el desafío, sostenerlo, hacerlo andar; que esté en movimiento.

Lara Giuliani, Marcela Silvi y Tiziana Prada nos compartieron sus respectivas historias de amor para recordarnos en este 14 de febrero que todo es posible cuando se trata de amor: distancias, trabajos compartidos y la montaña rusa de estar al frente de una familia.

Lara es ingeniera agrónoma y trabaja en el sector ganadero (raza Angus). Hace 15 años se casó con Julián Muguerza, a quien conoció en el año 2008 trabajando en Aceitera General Deheza (AGD), en Córdoba. Actualmente, Julián tiene su propia empresa en la que se dedica a la agricultura de precisión (Glimax), y Lara tiene su empresa familiar agrícola-ganadera (Agrolarus). Ambos hacen base trabajando en el campo familiar de Lara: «Cuando trabajamos juntos nos complementamos porque a veces necesitamos uno de la opinión del otro. Sobre todo yo, cuando tengo que sembrar pasturas o verdeos, ya que él hace toda la parte de siembra y pulverizaciones de mis verdeos y pasturas”, explica Lara. 

Compartir el trabajo con la pareja asusta a muchas personas porque, entre otras cuestiones, hay que tener la capacidad de encontrar tiempo para cada uno. En el caso de Lara y Julián, gracias al tipo de labor que realizan, tienen momentos en el que pasan mucho tiempo juntos y “días en los que estamos cada uno en lo suyo, yo con las vacas en la manga y él está sembrando, cosechando o en nuestro campo. Pero lo llevamos bien porque está bueno también hacer lo que a cada uno le gusta, porque en definitiva nos hace felices y uno tiene que estar tan bien en la pareja como en lo profesional, con la familia y con las amistades”, sentencia Lara, con quien coincidimos: buscar el equilibrio en todos los aspectos de nuestras vidas hará que todo fluya más y mejor.

Marcela Silvi es gerente general de la empresa de maquinaria agrícola Erca. Al contrario de Lara, ella conoció a José Cisneros en una exposición en Uruguay. Marcela había asistido con Erca y él con Metalfor. No trabajaron juntos hasta que se vendió Metalfor y ella convenció a José de que se trasladara a su empresa. Sin embargo, Marcela cuenta que cuando finalmente eso sucedió, empezó a temblar: “Él conocía una versión mía, la otra es súper intensa y dije: va a salir corriendo de mi vida. Ahí es cuando le pregunté ¿y si no funciona? Y me contestó: no pasa nada, yo me voy enseguida a trabajar a otra parte y seguimos juntos, tranquilos, como si nada hubiera pasado, lo más importante es que estemos bien”. 

Pese a trabajar en la misma empresa, no comparten tiempo juntos, ya que ambos se encuentran en distintas áreas: “La empresa tiene un predio separado de otro en el área industrial. Él está en la planta de ensamble a la que yo voy solo cuando llevo clientes a ver las máquinas terminadas, para que definan modelo de máquina y configuración. Realmente no pasamos tiempo trabajando juntos”. Pero lo que sí hacen es viajar en familia: “Con él es como tener una empresa de turismo en casa, arma todo, y eso realmente es lo que más disfrutamos juntos, planear y concretar viajes y viajecitos de esos cortitos, que veces por el trabajo hacemos muchos en el año. De poquitos días, pero la pasamos súper”.

Tiziana Prada y Juan Gutiérrez se conocieron hace 24 años en un viaje ganadero en Estados Unidos. Tiziana es cabañera e ingeniera en Producción Agropecuaria, y Johnny (como lo conocen a él) es licenciado en Economía Agropecuaria, pero se dedica a la genética. El mundo de la ganadería los llevó a unir sus caminos, no solo enamorarse sino planificar un proyecto en común: Cabaña del Chañar (raza Braford). Y este proyecto también los llevó a moverse por diferentes lugares del país con sus hijos y sus animales. “Producíamos y criábamos en Entre Ríos y después nos mudamos a Corrientes, donde armamos una reserva privada para la conservación de la biodiversidad y especies del Iberá. También tenemos nuestro propio remate junto con Cabaña Mirungá, que se llama Rústicos del Taragüi”, explica Tiziana.

Para ellos, trabajar juntos es un desafío porque “cuando las cosas no van bien, ya sea por la economía o por el clima, es muy duro. Hay que tener mucha fortaleza, paciencia, tirar para adelante, seguir con pilas y no pelearse. No dejar que afecte el amor de la pareja o la convivencia”. Pero al mismo tiempo, Tiziana cuenta que: “No hay casi palabras para decir la felicidad que uno tiene cuando comparte sus pasiones en familia. Primero con tu pareja y después con tus hijos, con tus amigos. Es una forma de vida que nos permite siempre alimentar nuestra pasión”.

Y entonces ¿qué es el amor?

Esta nota no tiene la intención de dar definiciones -y menos en algo tan inabarcable como lo es el amor y las relaciones- sino que busca dar a conocer testimonios e historias que identifiquen o inspiren a quienes nos leen. 

Lara Giuliani lo grafica así: “El amor para mí es cuando ves a la otra persona venir y movés la cola como los perros, que están felices de verte volver. Pasan los años y cada vez que Juli sale y sé que está volviendo o vuelve y lo veo, estoy así de contenta. Eso para mí es el amor, seguir sintiendo lo mismo después de tantos años , la verdad que es fantástico. Y también el amor es dejar que el otro haga lo que le hace feliz, que sea libre, que pueda crecer y acompañar a la otra persona en eso. Y cuando le va mal, también acompañarlo y estar siempre para todo”.

Marcela Silvi nos dice que nunca le hicieron una pregunta tan difícil de responder, pero lo hace muy bien: “El amor para mí es admirar y que te admiren, acompañar y que te acompañen. El amor es perfecto cuando es lo que te moviliza a ser mejor persona cada día”.

Y para Tiziana Prada el amor tiene que ver con la familia, con el desafío de criar a los hijos, de verlos crecer, de transmitirles la gratitud y la alegría con la que ella y Johnny encaran la vida.

Para nosotros, el amor es una canción de amor, es una mirada cómplice, es una reconciliación, es un punto de vista diferente, es coincidir. El amor es perfecto mientras las personas así lo quieran, mientras que la voluntad sea esa. En definitiva, el amor será lo que cada pareja quiera que sea. Y para ustedes ¿qué es?

Por Antonela Schiantarelli

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