Inclusión laboral, por Patricia Spat: “Tenemos que pensar en tener a los mejores”

Inclusión laboral, por Patricia Spat: “Tenemos que pensar en tener a los mejores”

Un desafío implica tomar una decisión que nunca se tomó. Significa arriesgarse. Pero a su vez, promete un resultado superador. Quiénes se animan a tomarlo y quiénes no. Por qué la inclusión laboral lleva su tiempo, aunque dé mayor rentabilidad. Charlamos con la experta Patricia Spat e hicimos un recorrido por su vida, su carrera y su presente.

-¿Cuáles fueron tus comienzos?

Soy Ingeniera Agrónoma, trabajé en Bayer hasta el año pasado, que me jubilé.

Nací y crecí en un pueblo de la provincia de Córdoba. Después de que terminé la secundaria me fui a estudiar a la Universidad Católica de Córdoba. Trabajé unos años para distribuidores, y trabajé también mucho tiempo como técnica en todo lo que tiene que ver con esa expansión que es la Siembra Directa. Mi generación fue la impulsó un poco ese gran cambio tecnológico. Hoy lo miramos a los lejos y parece que pasó un montón de tiempo, pero creo que eso fue lo que transformó la producción argentina.

Entré en Bayer en el ‘97 como vendedora, como delegada técnico-comercial. Fue un reto porque fui la primera mujer en ocupar ese cargo y era muy divertido porque todos mis compañeros eran varones y a veces era un desafío en las reuniones, pero siempre me lo tomé con humor.

-¿Tuviste alguna referente?

No, había pocas mujeres. Después ingresó una colega, pero pasaron como 3 o 4 años. También ingresó como vendedora. Recuerdo el día que nos conocimos. Estábamos en un restaurante, llegó ella, éramos un grupo de vendedores, y yo dije: “Qué bueno que hay otra mujer”. Ahí estuve 7 años como representante técnico-comercial, en Río Cuarto. Primero tuve toda la provincia de Córdoba, después solamente el sur, cuando Bayer se integra con Aventis. Y después pasé al área de marketing y ahí me tuve que mudar a Bs.As. que fue también un desafío porque la gente del interior tenemos otra manera de vivir, me había hecho una casita muy linda, en la que no estuve ni siquiera un año. Pero dije “voy a apostar”. Me llamaba la atención la Capital. Acepté el reto, fui responsable del mercado de soja y de fungicidas para Argentina y también veíamos algo de los países limítrofes. Esto fue hasta el 2009.

-¿Por qué cambiar de Técnica al área de Marketing?

Porque era un crecimiento y ya tenía muchos años como vendedora, me encantaba, me gustaba mi zona, los clientes que tenía, las campañas eran un reto, todas eran diferentes. Pero bueno, ya tenía ganas de hacer otra cosa y eso está bueno, tener buenos desafíos.

Y así fue como me vine a Bs.As. como responsable del mercado de soja y esto fue hasta el 2009. En ese año sale la oportunidad de iniciar una carrera internacional. En ese momento, voy a Bolivia; y si bien ya había un modelo de negocios, me propusieron que vaya a desarrollar el negocio. Y la verdad es que fue fantástico, porque era la oportunidad de poder crear desde cero algo. Era una oportunidad que llegaba en el momento indicado, gracias al know how que ya tenía.

Siempre les decía a mis compañeros de venta que debían pasar por marketing. Porque el marketing te da esa posibilidad de tener esa mirada helicóptero del mercado, de la industria, así que para mí fue fantástico.

Así que me fui para Santa Cruz de la Sierra, ahí estuve desde el 2009 hasta finales del 2012. Organizamos el negocio, cambiamos el modelo, creé un equipo. Un equipo súper comprometido de gente muy joven. Y en el 2012 me sale la oportunidad de irme a trabajar a otra región, a Centro América y el Caribe, para hacerme cargo de Cuba. Bayer tiene operaciones ahí, de hecho, me tocó celebrar 120 años. En Cuba estuve hasta el 2017. Otra experiencia fantástica. Y luego sale la oportunidad de aplicar para una posición de Gerente General para “cluster de países”, un grupo de países, sin ser una región. Me fui como responsable de Guatemela, Nicaragua, Honduras, El Salvador. Así que me mudé (con mi perro Guajiro) a Guatemala. Allá teníamos una operación muy grande, con 3 plantas de producción, más de 700 personas en total. Me encantó.

Allá se trabaja mucho con asociaciones y con ONGs, entonces ahí me empiezo a conectar con tema de Diversidad e Inclusión.

Apenas llego, voy a una reunión de una asociación que trabaja temas de RSE (Responsabilidad Social Empresaria) y enseguida me invitan a participar en la mesa directiva de ellos, que lidere la mesa de diversidad e inclusión. Recuerdo el día que me vinieron a hablar, yo les dije que iba pero con una condición “voy a hablar de todo”. Trabajé mucho, trabajábamos mucho con el Estado, con el Ministerio de Trabajo, para ver cómo podíamos mejorar la vida de las personas con discapacidad, de la comunidad LGTBIQ, de la mujer. Conecté mucho con ONU Mujeres. Ahí inicia mi pasión por este tema.

-¿En qué momento te diste cuenta de que había que trabajar en Inclusión laboral y Diversidad y por qué te parece que es un tema importante? Por los años que me decís que empezó todo esto, el contexto también empuja, digamos, a hacerse cargo de estas cosas; sobre todo en posiciones como la tuya, que son posiciones de toma de decisión, y de saber que se puede cambiar el rumbo de una empresa u organización.

Qué bueno tu comentario, porque yo lo tomé así. Dije “bueno, tengo una buena posición, puedo hacer dos cosas: creérmela o hacer cosas que tengan impacto”. Y la verdad que me encantó haber elegido el camino que elegí, porque transformamos la vida de un montón de gente. Trabajé fuertemente en lo que es primera infancia, en Guatemala hay problemas de desnutrición crónica: 1 de cada 2 niños sufre desnutrición. Eso significa que tenés el futuro comprometido, porque el desarrollo intelectual no es el mismo.

Pero volviendo a inclusión laboral y diversidad, creamos una Guía para las empresas, para que sean inclusivas, trabajamos premiando a las empresas que eran inclusivas. Abríamos un certamen donde la gente y los empresarios podían presentar cuáles eran sus programas y al final había un comité evaluador, y eso lo insertábamos dentro de todo lo que es sostenibilidad. Porque cuando hablamos de sostenibilidad, no hablamos solamente de medio ambiente, sino que tiene que ver con el área social y con el área de buena gobernanza de las empresas. Así que fue muy interesante.

Llegué a Guatemala y me invitaron a participar en una reunión. Yo ya le había planteado al equipo que quería trabajar este tema. Hablé con RR.HH. y les dije que quería que empezáramos a abordar este tema. Y ahí empezamos a construir de a poco, y empezamos a tomar conciencia, a hablar del tema. Porque a veces hay sociedades que son más conservadoras que otras, entonces lo mejor que podemos hacer es hablar del tema con naturalidad y libertad. Entonces hicimos la Semana de la Diversidad y la Inclusión, donde cada día se abordaba un tema diferente (mujeres, diversidad étnica, etc.). Vivimos en un continente en el que tenemos muchos países donde hay una fuerte población de pueblos originarios. El resultado en esa área fue fantástico. Yo participaba junto con una mujer indígena y nos hicimos muy amigas. Ella lleva la Red de Empresarios Indígenas. Tiene una mesa en la junta directiva como si fuese la UIA. Y tiene un lugar en la mesa de la CASIF, que es la entidad que reúne a las cámaras más importantes. María representa a los empresarios indígenas.

-¿Este trabajo lo llevabas como parte de Bayer?

Sí, lo hacía como parte de Bayer. En algunas entidades seguí después de Bayer, hasta que me vine hace 5 meses.

-¿Qué es la diversidad y la inclusión laboral? Ya sabemos que de lo legal a lo cultural hay una brecha. Por más que existan leyes, a veces hay que convencer al otro. En este sentido ¿deben haber otros factores que impulsen a un empresario a tomar decisiones en esta área?

Yo creo que tiene que haber voluntad, estar informados de que realmente tener espacios inclusivos hoy es un buen negocio. Siempre lo planteo así. Porque ¿qué nos demanda hoy el mundo? Cada vez necesitamos tener más talento y retenerlo. Independientemente de qué color de piel tenga, de dónde venga, si es mujer o es hombre o se percibe de otra manera, tenemos que pensar en tener a los mejores. Y yo siempre pongo de ejemplo a los seleccionadores de fútbol. Son el mejor ejemplo de que no les importa de dónde venga, entonces esa es para mí la definición de más importante.

Y cuando hablamos de Diversidad, yo siempre uso una frase que usaba una jefa mía, Érica: “Diversidad es cuando te invitan a la fiesta, Inclusión es cuando te sacan a bailar”. Vos podés tener un montón de gente muy diversa pero si no le das voz, te estás perdiendo la oportunidad de tener mucha más innovación en tu equipo con gente que piensa diferente.

Respecto de los cupos femeninos, yo no estoy muy de acuerdo. Aspirar a tener el 30% de mujeres en las juntas directivas, es poco. Tenemos que tener 50% y 50%. Sí lo que tenemos que hacer es prepararnos para lograr ese 50% y 50%. Estadísticamente las mujeres están más formadas que los hombres. Y hay estudios en EE.UU. que demuestran eso, sobre todo la generación X es una generación que se preocupó muchísimo por formarse. Entonces, si vamos a buscar líderes, no lo hagamos por su género, sino por su preparación y capacidad.

Hay que seguir hablando, pero hay que meterle un poco más de acción. Desde que llegué estoy leyendo qué es lo que hacen las empresas y hay industrias que están trabajando muchísimo y ya tienen 50 y 50 de mujeres y hombres en los mandos medios. Ese es el semillero para que después ocupen los mandos altos. Tenemos pocas mujeres CEO en Argentina y la verdad que me llama la atención porque tenemos todo. Tenemos un marco regulatorio que no existe en otros países. Entonces creo que necesitamos un poco más de confianza y de atreverse a ser más inclusivos. Ni que hablar de las personas con discapacidad.

-¿Cuál es la mayor resistencia que presentan las empresas a la hora de pensar en inclusión?

Yo creo que hoy no hay resistencia. Simplemente necesitan informarse más. Hay buenos ejemplos, yo veía en las redes que Bayer presentó una convocatoria a pasantías para personas con discapacidad y la verdad es que me encantó eso. Creo que las empresas grandes están empezando a involucrarse y a tener políticas de diversidad e inclusión. Y que también estas personas tengan un plan de desarrollo. Si vas a contratar para cumplir con el cupo o para la foto…digamos que no. Creo que es eso, el hecho de que hoy todas las empresas estén muy comprometidas con los objetivos sostenibles que nos plantea la agenda para el 2030, creo que eso también va a ayudar un poco más a la toma de decisión. Es una cuestión de decisión y de tiempo.

Es una cadena de valor tan fuerte y tan poderosa en términos económicos, que realmente, así como están muy involucradas en temas medioambientales, si nos involucramos en el área social y en el área de inclusión, te digo que el impacto como país va a ser muy fuerte.

¿Por qué decís que la diversidad agrega valor a la producción?

Agrega valor porque tenés espacios de pensamiento diverso, porque a la hora de solucionar problemas, cuando tenés equipos diversos, no solamente en género, en culturas, en edad, vas a tener mucho más material para abordar soluciones que sean sostenibles. Yo creo que las nuevas generaciones, y me refiero a los millenials y a los centenials, son los que van a marcar el gran cambio. Vienen despojados de prejuicios, vienen despojados de ego, entonces creo que es la generación que va a cambiar el rumbo.

Y, por otro lado, la forma de hacer negocios cambió en el mundo. Hoy alguien compra un producto y quiere saber cómo se produjo, hay más conciencia. Y se ve reflejado sobre todo en los jóvenes que quieren saber cómo tratan a sus colaboradores, si tienen políticas inclusivas, de DD.HH., y acá hablamos de generar ambientes saludables, y con la pandemia aprendimos mucho.

-¿Cuáles son los beneficios de las empresas (además de este valor agregado)?

Cada vez más las empresas van a tener que presentar sus Reportes de Sostenibilidad, donde ellos informan qué han hecho, y de todos los que he leído, siempre diversidad e inclusión es la materia pendiente, pero lo asumen. Creo que hay que atreverse y empezar a ser más inclusivos. Vivimos en un país con tanta diversidad que por qué no abrazarla. Que los prejuicios no nos atrapen.

Actualmente, Patricia Spat trabaja como consultora en estos temas. Se recibió de Couching Ontológica. Y recientemente fue mentora de un programa de una consultora de México que se llama “Woman and Work”.

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