María Soledad Aramendi, la primera mujer en presidir la Sociedad Rural de Rosario: “El campo es mi vida”

María Soledad Aramendi, la primera mujer en presidir la Sociedad Rural de Rosario: “El campo es mi vida”

Desde joven se inició en la actividad agropecuaria y, buscando cambiar la realidad, se involucró en el ámbito gremial desafiando los límites para revalorizar al sector.

Apenas unos minutos de charla con María Soledad Aramendi bastan para entender cómo, después de 126 años de liderazgo masculino en la Sociedad Rural de Rosario (S.R.R), logró romper el molde para llegar a ser la primera mujer en presidir esta entidad.

Nacida en Villa Cañás (Santa Fe) en una familia agropecuaria, tanto por parte de padre como de madre, en la que el campo era el tema constante en la mesa. María Soledad estudió medicina y luego arquitectura. Sin embargo, las cartas ya estaban echadas y a sus 23 años, cuando transcurría el 2001, se hizo cargo de la administración del campo. “Por cuestiones económicas, familiares e inundaciones, me tuve que hacer cargo de distintos problemas. Eso me llevó a involucrarme cada día más para solucionar temas propios que afectan también a la comunidad, como las cuestiones hídricas o viales”, recuerda. 

Con su tenacidad, fortaleza y convicción, que se reconocen con solo escucharla hablar, Aramendi fue combinando su actividad privada con el compromiso público. Sin proponérselo, dejó que las cosas se fueran dando y así comenzó a involucrarse en la Sociedad Rural de Rosario primero como joven ateneísta, luego desde la comisión directiva, también como secretaria y ocupando la vicepresidencia durante dos años, hasta llegar en 2021 (a sus 43 años) a ser la primera presidente mujer. “Estamos en un país donde no tenemos políticas productivas ni de infraestructura acordes, que estén a la altura de las circunstancias. Eso hizo que me involucrara en la Sociedad Rural desde joven, quería estar rodeada de pares para poder resolver los problemas en común y ver cómo se podían resolver en instancias tanto locales, provinciales como nacionales”, afirma. 

Sabiendo que estaba siendo protagonista de un cambio de paradigma, por el cual pasaría a la historia tras finalizar con una tradición de más de 100 años de presidentes hombres en la S.R.R, María Soledad confiesa que jamás dudó de esa decisión: “Soy única hija, siempre me tuve que hacer cargo de compromisos y responsabilidades. Nunca dudo cuando hay que trabajar en red por el bien común, por lo que corresponde, por lo que debe ser y que todavía no lo tenemos”.

Más allá del género

La productora agraria confirma que los resultados “no pasan por el género sino por el trabajo, la actitud y aptitud”. Siempre alentando a la participación, destaca que “con toda humildad, uno aprende haciendo, rodeándose de personas y productores idóneos, profesionales y con experiencia, mejores que yo. El tema es poder manejar un equipo eficiente para generar una construcción en el tiempo, posicionamiento y resultados distintos”.

Sin perder de vista su objetivo principal, “sacar la producción agropecuaria adelante”, en 2023 renovó su segundo período en la presidencia. Por estatuto no podrá continuar en un tercer periodo consecutivo, pero asegura que mantendrá la responsabilidad y el compromiso de “seguir trabajando desde otra posición, más allá del puesto que tenga” y con la tranquilidad de que cuando una empieza a trabajar bien, los empresarios y productores se suman, y se forma un buen equipo que perdura en el tiempo”.

Tranqueras afuera

Desde hace varios años, con el recordado “voto no positivo” como punto de inflexión, la sociedad tiene una mirada dividida sobre el campo. Esto, según Aramendi se debe a que Argentina, a diferencia de otros, “es un país con una carencia de organización gremial y de Políticas de Estado Productivas”. Es por ello que para volver a recuperar el lugar central que el campo siempre tuvo como actividad económica, la dirigente hace hincapié en relevancia de la unión y organización del sector agropecuario y también del sector privado, para “trabajar y traccionar conjuntamente por todos los temas transversales, como por ejemplo la Reforma laboral y sindical”. En ese sentido, dice, “se requieren reglas de juego claras y no solo aceptar los anuncios sino posicionar propuestas y trabajar para que se cumplan”. 

Al analizar la situación actual, reconoce que “en este país estamos como estamos porque nos falta involucrarnos, tener mayor participación y compromiso no solo como productores sino como ciudadanos. Para cambiar la realidad y la historia necesitamos involucrarnos y controlar. Que todo lo hagamos desde el lugar en el que estamos, desde la cooperadora de un colegio hasta un consejo deliberante o legislativo, es necesario para el crecimiento de la sociedad en su conjunto. Es por ello que manifiesta que “el productor tiene que trabajar tranqueras afuera, porque sin políticas de estado agropecuarias no vamos a lograr producir más y mejor”. 

Medidas a largo plazo

En un contexto de reestructuración política y económica a nivel nacional, la presidenta de la S.R.R reconoce que se deben “lograr políticas a largo plazo, más allá del poder de turno”. Es así que desde la entidad presentaron ante legisladores, su postura sobre las siguientes medidas:

  • Derechos de exportación (DEX): deben ser eliminadas en el plazo de un año de forma definitiva.
  • Exportación de cuero salado sin retenciones: hoy el sistema de protección a la industria curtidora, con barreras tan altas, hace que los cueros no paguen el costo de cuerear a los animales y se pierden en el campo, por lo que proponen su eliminación inmediata.
  • Impuesto País: no debe existir. 
  • Rechazo del Art 241 a la adhesión a UPOV 1991: hay que modificar la Ley de Semillas. Argentina como Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia adhieren a UPOV 78, por lo que consideran que debe mantenerse dicha adhesión. Uno de los problemas que viene aparejado con el uso propio en UPOV 91 son las disposiciones específicas como cantidad de semilla que el productor puede guardar, restricciones de reventa de semillas de variedades protegidas y la obligación de pagar una compensación al obtentor en ese caso.
  • Régimen de incentivos a las grandes Inversiones: el agro todos los años invierte entre 25.000 a 30.000 millones de dólares, a través de unas 250.000 empresas instaladas en todo el país, siendo el sector menos concentrado de la economía. Por ese motivo, solicitan que tenga el mismo tratamiento fiscal que los grandes inversores.
  • Eliminación de la Resolución 7720 del BCRA: esta resolución desalienta la producción para los productores de soja, porque propicia deshacerse de los granos, al conducir al productor a vender la producción para obtener créditos y pena con tasas más altas por la tenencia del capital de soja que representa su propia garantía crediticia.
  • Tipo de cambio competitivo: que acompañe la inflación.
  • Unificar el TC para ventas Forwards: se debe igualar el valor del TC de las exportaciones y el de los Forward, para generar igualdad ante la ley, acercando al productor una herramienta vital para defender sus reservas de valor, que propician la liquidación de granos guardados.
  • Apertura de mercados: liberación de las exportaciones que generarán el ingreso de divisas al país.
  • Baja del costo de fletes: plantean la urgencia de trazar un Plan Director de baja de costos de fletes, que permitirá aumentar en unos 15.000 millones las exportaciones en un solo año.

A su vez, solicitan el armado de las Comisiones de Agricultura de las Cámaras del Congreso Nacional, apoyan la Reforma laboral y sindical y la Boleta Única.

Impuestos y sequía, un combo anti-inversión

Si bien, Aramendi reconoce que hoy la situación climática mejoró porque empezó a llover en algunas zonas, todavía hay lugares que están complicados por las altas temperaturas que ponen en peligro los cultivos y la falta de lluvias reiteradas, no han compuesto el perfil. Los largos períodos de sequía se suman a “años malos económicamente, de confiscación impositiva, diferencial cambiario, regulaciones, cierre de mercados”, por eso asegura que no se puede hablar de cosecha récord “cuando hace años que no podemos extender nuestra superficie productiva, ni aumentar el stock agrícola ni ganadero, ni invertir en mayor tecnología, infraestructura, agregado de valor, con exportaciones que se han abierto y cerrado constantemente”.

Con mayor valor de retenciones y de combustible, “no dan los números para llegar a puerto”, dice Aramendi, preocupada por los costos de producción y de logística. Además, el Estado “hoy quita de manera automática un 60% de la producción, lo cual antes era un porcentaje mayor según la actividad, por eso se solicita una baja, ya que todo eso se transformaría en inversión genuina en la actividad y en el entorno, no solamente en la producción sino en el resto de las actividades, afirma. 

En definitiva, “para poder salir adelante, se requiere bajar la inflación, bajar y redistribuir los recursos del gobierno local, provincial y nacional, la reforma laboral y sindical, poner en marcha la rueda económica con políticas de baja y eliminación de impuestos, generar condiciones para desarrollar trabajo privado e ir absorbiendo los planes sociales, con infraestructura, logística y energía, educando y con seguridad, trabajando y produciendo para el país y el mundo, sentencia.

Mujer de campo

Como primera mujer en llegar a la presidencia de la Sociedad Rural de Rosario, María Soledad siente “responsabilidad y compromiso”. Consciente de que no siempre se llegan a ver los cambios que se proponen, reconoce que hay que construir, trabajar y perseverar, aunque no los veamos”. 

La pasión por el campo brota en cada una de sus palabras, “es mi vida” asegura. Su deseo esponerlo en el lugar que corresponde, como cualquier actividad, pero principalmente como la actividad base de este país”. El secreto para lograrlo, confiesa, es organizarse, trabajar en red y “animarse a volar, a los desafíos y levantarse todos los días con un objetivo para trabajar por el bien”. Por eso, cuando piensa en aquella joven que debía redefinir su futuro, expresa: A veces lo que pensamos es más limitado de lo que después la vida nos trae. Hay que estudiar, pero también hay que animarse a vivir y a seguir tus expectativas y utopías, saber rodearse de las mejores personas para poder construir conjuntamente”.

Pero, a la vez, Aramendi tiene un objetivo superior que es “refundar el país”. Para ello, cuenta, seguirá trabajando en “lograr a nivel provincial y nacional las políticas productivas acordes, tanto desde lo agropecuario como desde las actividades en su conjunto porque no solamente nos tenemos que mirar a nosotros mismos”, concluye.

Por Paola Papaleo

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