Esta es una pregunta muy profunda, porque en definitiva a todos nos llega esta instancia en algún momento de nuestra carrera laboral. Y cada cual la podrá resolver ponderando de diferente manera todas las múltiples y complejas variables que entran en juego.  Por Rosario Lyford-Pike

La primera reflexión es saber si estamos preparados para un desafío laboral de mayor responsabilidad. Evaluar las habilidades actuales y los requisitos que serían necesarios en la posición que deseamos ocupar, es vital para aclarar cuál debe ser nuestro camino hacia el crecimiento al que aspiramos.

También, en esta introspección, es altamente probable que un cambio laboral implique un cambio de residencia del grupo familiar, dado que la oportunidad superadora, en muchos casos está en otra localidad o región. En esta reflexión, entran en juego las expectativas laborales y sociales de la o el cónyuge y también la edad y etapa educativa de los hijos. Tener este punto en consideración desde el inicio, es clave para enfocarse en lo que sí queremos para nuestro futuro laboral.

Por último, es importante estar muy convencidos de que, dentro de la posición laboral actual, no existan nuevos desafíos para tomar. En muchos casos, el crecimiento profesional y económico puede ser en forma horizontal, tomando nuevas responsabilidades dentro de la misma posición, que requieran mayor especialización o habilidades relacionales, y no solo un crecimiento vertical, “ascendiendo de puesto”.

Tener perspectiva sobre todas nuestras opciones facilitará la toma de mejores decisiones y, en definitiva,  mayor bienestar personal y profesional.

Por Lic. Rosario Lyford-Pike – Desarrollo de talentos y transformación organizacional en Capital Humano Agro

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