Un paisaje desolador y pérdidas millonarias en distintas producciones agropecuarias

Un paisaje desolador y pérdidas millonarias en distintas producciones agropecuarias

Entre diciembre y enero llovió lo mismo que en el promedio anual para la zona. Ganadería, agricultura y producciones apícolas, avícolas y porcinas fueron afectadas por las inundaciones. El mal estado de caminos y la falta de servicio eléctrico, en algunas localidades, complican aún más el panorama.

En el Departamento General Obligado, en el norte de la provincia de Santa Fe, la media de precipitaciones anuales ronda entre los 1000 y 1200mm. Este promedio en los últimos tres años se redujo a la mitad o menos, pero entre diciembre y enero de 2024 ya cayeron más de 1000mm. 

De hecho, en los primeros diez días del mes en curso llovieron 505mm, convirtiéndose en el enero con más agua caída desde que existen registros en el INTA Reconquista. Además, es el segundo mes con más precipitaciones, únicamente superado por abril de 1998 con 533,5mm. Para colmo de males, todos los pronósticos hablan de intensas precipitaciones para este semana que comienza.

“Es una situación muy difícil la que atraviesa el sector agropecuario en general, y hablamos de todas las economías, porque veníamos atravesando una sequía muy intensa de más de tres años y medio, que fue muy abarcativa en cuanto a superficie y duración, diría que histórica”, se lamentó Augusto Gastaldo, presidente de la Sociedad Rural de Reconquista.

Desastre ganadero

En lo que se refiere a la situación del sector ganadero, Gastaldo planteó que, a partir del mes de noviembre, luego de unas tres semanas de lluvia y cuando se comenzaba a salir de la sequía, llegó una importante creciente del río Paraná y todos sus afluentes. 

“Mucha hacienda que estaba en la isla tuvo que trasladarse a la zona de lomas, a los campos del continente. La zona de islas estaba sobrecargada de hacienda por la falta de pastos, y en la parte de los Bajos Submeridionales falta de bebida también. Mucha de esa hacienda murió, otra se malvendió y mucha fue a la zona de islas y bañados, que cuando llegó la creciente tuvo que salir de emergencia, en muy pocos días y con una infraestructura muy deficiente. Esos animales volvieron a campos que todavía no tenían la suficiente oferta forrajera para recibirlos y eso ocasionó muchísimos problemas a los productores”, relató Gastaldo.

A mediados de diciembre la situación parecía normalizarse, con mejoras en los campos y lluvias más regulares, hasta que volvieron los excesos hídricos, y se volvió a complicar el panorama en los campos por el pastoreo intenso y el exceso de agua, y en las zonas bajas volvieron los problemas de inundaciones y la necesidad de sacar los animales.

“Prácticamente del 20 de diciembre en adelante se volvió todo más vertiginoso. Hasta ese momento con la ganadería no teníamos problemas graves, pero de ahí en adelante prácticamente nos quedamos sin lugar de loma para los animales, sin espacio para que se echaran, que es fundamental para el bienestar animal y que no se estresen, y de esa manera tener una vida productiva y reproductiva adecuada. Un animal de cría, si está estresado, no levanta celo, no se preña, y ahora estamos en plena época de servicio, y eso genera pérdidas a futuro”, razonó el dirigente ruralista.

Agricultura en crisis

En un paisaje donde el agua es dueña y señora de todo, la agricultura enfrenta una situación terminal.

“En agricultura es un desastre total. El cultivo de soja que tiene una fecha óptima de siembra en esta zona del 15 de noviembre al 15 de diciembre, en el Departamento General Obligado donde se siembran unas 70 mil hectáreas hay entre un 40 y un 50% sembrado, que después de estas lluvias hay que ver qué cantidad de lotes se darán de baja”, comentó Gastaldo y aclaró que si bien todavía no hay números finos sobre la cantidad de hectáreas que quedarán en pie, “seguramente será menos del 40%, lo cual para nuestra zona agrícola es un desastre total, porque es un cultivo muy importante en la economía regional”.

En el caso del girasol las intensas lluvias permitieron que el cultivo acelerara su ciclo de secado, lo cual permitió adelantar la cosecha y en la actualidad sólo quedan unos pocos lotes sin levantar (menos del 10% de la siembra total en el Departamento), que cuando puedan ser cosechados, seguramente, tendrán mucha pérdida de calidad y cantidad de granos.

El algodón es otro de los cultivos que está volviendo a tener importante desarrollo en la zona de Reconquista, con un total de alrededor de 15 mil hectáreas en el Departamento General Obligado. En este caso la implantación no llegó al 40%, y según explicó el ruralista es difícil que se siembre lo que resta por la época del año, dado que su fecha óptima es antes que la soja.

“Habrá pérdidas multimillonarias en los productores porque en muchos casos se sembró, y esa siembra fracasó al igual que la soja, y eso generará mucha pérdida por el lucro cesante de no tener el cultivo, además de la gran cantidad de insumos puestos al servicio de cultivos que no producirán”, se lamentó el presidente de la Rural de Reconquista.

En la zona también se hace maíz y sorgo, aunque en menor proporción que el resto de los cultivos, y todavía se estaría a tiempo de sembrar, “si tenemos una ventana en enero, con buen sol y buena temperatura, será más propicio que se sequen los lotes y el suelo quede en condiciones para sembrar. Con estos dos cultivos todavía estamos un poco más en carrera”, señaló esperanzado el productor.

Además de ganadería y agricultura, la zona también tiene un importante impulso del sector apícola, que también está siendo afectado por el temporal, con inconvenientes para llegar a las colmenas; productores ovinos y caprinos que también fueron golpeados por la inundación de los campos, y granjas de cerdos y pollos que enfrentan serias complicaciones de acceso para alimentar a los animales o retirar la producción.

Problema estructural

Gastaldo aprovechó la ocasión para cuestionar el estado de la infraestructura provincial en toda la zona: “El tema de rutas y caminos rurales es un desastre total que venimos arrastrando desde hace muchos años. Es una desidia y un abandono total que, en estos casos coyunturales y de emergencia, se notan mucho más, porque la falta de mantenimiento de los caminos hace que los excesos hídricos afecten mucho más la transitabilidad. Hay puentes de madera y quebracho colorado, que mantenemos de la época de La Forestal, que están colapsados o al borde del colapso”, describió el dirigente.

La falta de conectividad es total en la región, apuntó el presidente, y enumeró como ejemplo que la Ruta 11 “está abandonada completamente”, con el consiguiente perjuicio para la producción y todas las localidades que tienen esta vía para comunicarse.

Otro grave inconveniente que atraviesa la zona es la caída del servicio eléctrico, sobre todo en el Departamento Vera, en las localidades de Fortín Olmos, Fortín Charrúa, Fortín Chilcas, Paraje Kilómetro 70/800, en los últimos tres casos sin servicio desde comienzo de año.

“Estamos hablando de 80 familias entre todas esas poblaciones, más decenas de establecimientos rurales que desde hace más de diez días están sin energía eléctrica, con pérdidas de todo tipo, y también sin señal telefónica o cualquier otro tipo de comunicación”, completó el presidente de la Sociedad Rural de Reconquista.

Por Pablo Salinas

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