Una historia de continuidad en un mundo discontinuo

Una historia de continuidad en un mundo discontinuo

No hace falta explayarse sobre la vorágine en la que vivimos y el ritmo al que nos acostumbramos. Las dinámicas familiares y laborales se han modificado a tal punto de romper paradigmas. Por eso la historia de Andrés Rotondo, dueño de la empresa de balanzas Vesta, es una historia que florece en el cemento.

Sin ánimos de criticar las nuevas formas de habitar el mundo, simplemente de rescatar y contar una historia que en este contexto parece extraordinaria, es que hablamos con Andrés Rotondo. 

Algunos números lo demuestran: casi 40 años de casado, más de 30 años al frente de su empresa y 25 empleados que, en su mayoría, lo acompañan desde hace más de 15 años.

Andrés y María de los Ángeles se conocieron en Santa Fe cuando eran adolescentes y a comienzos del ‘84 se casaron, tuvieron 3 hijos y actualmente tienen un nieto. “Ella no trabaja dentro de la empresa, pero es mi principal referente en aquéllas decisiones difíciles de tomar y en los grandes desafíos, que no han sido pocos en los más de 30 años al frente de la compañía, aportando siempre una visión humana de los negocios”, asegura Andrés.

Juntos compartieron numerosos viajes internacionales a diferentes ferias y eventos, entre los que se destacan las últimas 5 ediciones de Agritechnica, en Hannover, Alemania; y 12 de Inter Weighing, en China.

Vesta es el nombre de la compañía que dirige Andrés, que desarrolla y fabrica balanzas electrónicas para el mercado agrícola, ganadero e industrial. Si bien fue en 1990 que formalizaron su creación junto a Jorge Senor, tiempo antes diseñaron y fabricaron su primer producto: un tablero totalmente electrónico para un fabricante nacional de cosechadoras.

“Desde entonces, siempre estuvimos ligados al desarrollo de soluciones electrónicas para maquinaria agrícola, principalmente en el área de balanzas y sistemas de pesaje”, detalla Andrés. 

En la empresa actualmente trabajan 25 personas, “para muchos de ellos este fue su primer trabajo y promedian una antigüedad mayor a 15 años. Este es un dato que nos sorprende en los tiempos que corren, donde la rotación de los empleos en empresas de base tecnológica es muy alta”.

Para Andrés existe una clave para mantener estos números que, no son sólo números, sino trayectoria y solvencia, y es, según sus palabras: “Haber generado desde siempre una relación cercana, de respeto, lealtad y compromiso mutuo, en un ambiente de trabajo agradable”.

“Siempre hay mucho por hacer y estamos preparados”

Quizás estar al frente de cualquier proyecto sea sencillo. Lo difícil es sostenerlo, enfrentar los obstáculos y hacerlo crecer. En ese sentido, a lo largo de los años, Andrés Rotondo encontró y desarrolló una visión de negocios sólida que le permite tener en claro el camino: “Mi principal desafío como director es consolidar a Vesta dentro de un mercado muy competitivo y de rápida evolución tecnológica, que demanda de una mentalidad abierta ante los cambios del entorno”.

En noviembre pasado se llevó a cabo Agritechnica, el evento mundial de maquinaria agrícola, en Hannover, Alemania. Allí estuvieron presentes Andrés, María de los Ángeles y Jorge, presentando algunas de las soluciones que ofrecen desde Vesta: el sistema NUTRACK para gestión de alimentación en feedlots, el sistema de pesaje forestal, y el sistema de medición de granos para ensayos de semilla, que combina pesaje y tecnología NIR, para la determinación de nutrientes. 

“La participación en esta feria nos llena de satisfacción, por la visibilidad que nos otorga a las empresas argentinas y por el nivel de relaciones comerciales que encontramos”, afirmó Andrés.

Con este impulso para cerrar el año, ya saben que el 2024 los espera para darles lugar para el lanzamiento de nuevas soluciones de pesaje “en las que hemos trabajado durante los últimos 4 años y que tienen un alto agregado de valor en la gestión de distintas ramas productivas”.

Esta historia de larga data deja ver la continuidad que mencionamos al comienzo de la nota. Una continuidad que se consolidó con los años pero que lejos de garantizar el futuro, empuja a seguir trabajando en una misma línea: “Siempre hay mucho por hacer y estamos preparados”, concluyó Andrés.

Por Antonela Schiantarelli

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