La situación climática y la escasez de insumos generan dudas a futuro en la producción de trigo y maíz en Argentina, planteando desafíos económicos y productivos para los productores.

En medio de una coyuntura a la que no le faltan condimentos económicos, productivos, financieros, políticos y climáticos, el trigo sufrió una reducción de superficie sembrada inicialmente, durante los meses de junio y julio, por falta de humedad en los suelos.

“A nivel país se sembraron unas 5 millones de hectáreas y hubo una fracción de pérdida por heladas tardías, lo cual produjo una caída de rendimiento en promedio de un 30%”, comentó el ingeniero agrónomo y asesor Alejandro Giordano. Las estimaciones privadas sugieren una cosecha de alrededor de 13 millones de toneladas de trigo a nivel nacional.

En la zona noroeste de Buenos Aires, los daños provocados por las heladas tardías varían, aunque también se estima una reducción del 30% en la producción. “Será un año de una producción buena a regular en nuestra zona de influencia, las heladas llegaron en un periodo de espigazón, lo cual produjo una pérdida irreversible”, expresó el especialista.

En cuanto al maíz temprano sembrado entre septiembre y principios de octubre, su siembra se vio limitada por la escasez de humedad, aunque ha mostrado mejoras con el paso de los días gracias a las mejoras climáticas. “Están en cuatro hojas y con muy buenas condiciones. A fines de noviembre, principio de diciembre, se retomará la siembra de maíz tardío en algunas de las áreas que no se pudo sembrar temprano”, adelantó Giordano.

En la zona noroeste de Buenos Aires se prevé una disminución del 10% en el área sembrada con maíz en comparación con el promedio de los últimos años. Esta reducción, además de las condiciones climáticas, está vinculada a limitaciones en algunos insumos y al mayor costo y uso de fertilizantes que requiere el cultivo de maíz en comparación con otros.

Por otro lado, se observa una clara tendencia al aumento en el área de siembra de soja. “Actualmente estamos avanzando con la siembra de soja en muy buenas condiciones”, agregó Giordano.

En la cadena de comercialización de insumos existen en el mercado inconvenientes por faltante de productos, principalmente de fertilizantes nitrogenados. “La limitante es de nuestros proveedores primarios que aducen trabas en las importaciones, en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que limita el ingreso normal de productos por falta de dólares”, dijo Giordano. Otro de los productos complicados para su adquisición es el glifosato.

“Las empresas proveedoras primarias de insumos, que son en su mayoría multinacionales, presentan inconvenientes para importar productos y venden con vencimientos diferidos a mayo de 2024 y en dólares. Es muy complejo poder hacer negocios de contado y que tomen pesos”, comentó. Es decir, los negocios se hacen en dólares apuntado a la cosecha gruesa a mayo 2024.

Finalmente, otro de los grandes puntos que interesan al productor agropecuario es el denominado “Dólar Agro”. Desde el 21 de noviembre hasta el 10 de diciembre rige una nueva política para este tipo de dólar que está centrado en las exportaciones de granos y que forma su precio a través de un 50% contado con liquid y un 50% de dólar oficial. A valores actuales su valor es de $650. “Lo cual genera un desdoblamiento de dólar, pero hay bastantes limitantes para poder aprovechar esa oportunidad de compra de insumos a este tipo de dólar oficial aún, por estas restricciones de los proveedores primarios de tomar pagos de contado en pesos”, dijo Giordano.

Fuente: Diego Abdo

En caso de replicar este contenido en su totalidad o parcialmente, por favor citar como fuente a www.expoagro.com.ar en el primer párrafo y al final de la nota.

Compartir