Lo que pasa en el campo
05/12/25
El girasol, la mejor opción en el sureste cordobés
En una zona marcada por la salinidad y la arcilla, Ignacio Jolly Pérez apostó al girasol y obtuvo rendimientos de hasta 38 quintales por hectárea y 57% de materia grasa.
Ante las adversidades que presentan algunos de los lotes que administra en Marcos Juárez —desde la falta de agua por la salinidad hasta la baja infiltración de los suelos arcillosos—, Ignacio Jolly Pérez decidió buscar oportunidades en los desafíos. Convencido de que el girasol podía ofrecer mejores márgenes brutos que la soja, optó por este cultivo y el resultado le dio la razón: rindes de hasta 38 quintales por hectárea y porcentajes de materia grasa del 57%.La estrategia no fue al azar: combinó un estudio de suelo, selección de híbrido y una bala de plata para bajar el riesgo: el Beneficio de resiembra de Nidera, Semillero Oficial de Expoagro 2026 edición YPF Agro.
Productor y asesor, Ignacio Jolly Pérez es parte de la empresa familiar El Despertar S.A., con base en el departamento de Marcos Juárez. Entre lo propio, lo que alquilan y lo que asesoran, trabajan más de 2.500 hectáreas que abarcan también parte de Bigand, en Santa Fe, y algunas zonas de La Pampa.

No todos los lotes ofrecen las mismas oportunidades. “Son distintos ambientes, con ciertas restricciones que van desde suelos clase cuatro hasta siete”, explica. El desafío mayor está en una zona específica de Marcos Juárez, donde hay ambientes más restrictivos: «tienen contenido de sales, mucho contenido de arcilla y poca retención de agua ya que la infiltración efectiva no es muy buena cuando llueve. Todo eso hace un condimento bastante complicado para lo que es el desarrollo de los cultivos».
Frente a ese panorama, Jolly Pérez encontró en el girasol un aliado. En la última campaña eligió el NS 1113 CL de Nidera, un híbrido de alto rendimiento y gran estabilidad, con excelente perfil sanitario. «Justamente en esas condiciones tan adversas vemos que el girasol, por su robustez, está sorteando todos esos obstáculos, obteniendo rendimientos y ganándole, en margen bruto, a un cultivo como la soja”, asegura.
Sobre el híbrido de Nidera, Jolly Pérez sostiene que “estos materiales nuevos tienen una gran compensación en aceite. Entre los kilos que se obtienen, los porcentajes de materia grasa y los precios a cosecha, los márgenes terminan siendo buenos incluso en ambientes complicados”, describe.
La decisión no fue impulsiva: Jolly Pérez analizó los márgenes brutos de cada cultivo, el perfil hídrico del suelo y las proyecciones de lluvias. “A partir de ahí definimos dónde sembrar cada cosa. El girasol mostró una respuesta muy sólida, y por eso venimos incrementando la superficie campaña tras campaña”.
El cultivo respondió de manera sobresaliente. En total sembraron 100 hectáreas con NS 1113 CL. El arranque fue prometedor: buena disponibilidad de agua y una implantación pareja. Más tarde, entre diciembre y febrero, el clima se volvió desafiante, pero el cultivo resistió sin problemas. “El girasol pasó ese período sin obstáculos”, resume.
El manejo también tuvo su cuota de precisión. Antes de la siembra se realizaron análisis de suelo para medir agua útil y nutrientes como nitrógeno, azufre y zinc. En función de esos datos, se definieron densidades y esquemas de fertilización distintos para cada lote.

Otro componente decisivo fue el Beneficio de resiembra de semilla de Nidera, que Jolly Pérez incorporó a su estrategia productiva. “La semilla de girasol es pequeña, lo que puede complicar la emergencia. Por eso, si ante un caso de anegamiento, granizo o helada la implantación de la semilla es irregular, con este servicio se repone la semilla -si es que el productor decide resembrar- luego de un proceso de verificación y validación por parte del RED.IN local. Es una gran tranquilidad”, afirma.
El cierre de la campaña fue más que satisfactorio. “El techo de rinde estuvo en 38 quintales y el piso en 26. Los niveles de bonificación de aceite, por su parte, fueron al cercanos al 30%, con un porcentaje de materia grasa del 57%. Comparado con años anteriores, fue una campaña levemente superior y con resultados mejores que los de los productores vecinos. Quedamos muy contentos”, destaca Jolly Pérez.
Su vínculo con la red de distribuidores también resultó clave. En su caso, trabaja junto a BINDU, el RED.IN de Marcos Juárez. “Tenemos muy buena relación con los dueños y los ingenieros. Es una empresa joven, con mucho empuje y acompañamiento constante. Frente a cualquier duda, están ese mismo día en el lote”, comenta.
Con los buenos resultados a la vista, la apuesta se redobla. “Para este año vamos a sembrar 375 hectáreas de girasol, todas con el NS 1113 CL”, adelanta. Si bien los pronósticos marcan posibles déficits hídricos para diciembre y enero, Jolly Pérez confía en que el manejo y la elección de materiales serán nuevamente la llave del éxito.
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