Lo que pasa en el campo

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El INTA obtuvo la primera variedad de romero de la Argentina

“Criollo INTA” se distingue por su alto rendimiento, sabor intenso y alto contenido de aceite esencial y antioxidantes naturales con propiedades benéficas para la salud. Este primer cultivar nacional es versátil y presenta un gran potencial culinario y ornamental, así como para la industria agroalimentaria, la medicina y la cosmética.

Fruto de una creciente demanda por parte de los consumidores que, cada vez más, eligen alimentos benéficos para la salud, y de los productores de la región que buscan diversificar sus actividades, el INTA desarrolló la primera variedad de romero de la Argentina. Un logro que agrega valor al cultivo y mejora la competitividad y rentabilidad de los productores de la región.

“Criollo INTA se distingue por su alto rendimiento y contenido de aceite esencial y antioxidantes, lo que lo convierte en un activo invaluable para diversas aplicaciones”, aseguró Inés Lorello, investigadora y obtentora del INTA La Consulta, Mendoza.

En esta línea, no dudó en asegurar que este “romero criollo” se caracteriza por su sabor distintivo, intenso, amargo y con toques de alcanfor. “Su versatilidad lo posiciona como un elemento fundamental en el mundo culinario, así como en la industria de la fitomedicina y la cosmética, además de ser altamente demandado para planteos agroecológicos, como ornamental y para cercos vivos”, detalló Lorello.

Según explicó, “Criollo INTA se obtuvo luego de seis años de evaluación y selección de diversos clones de romero provenientes de diferentes zonas del país. Es el primer cultivar de romero (Salvia Rosmarinus Spenn) inscripto en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE)”. Y agregó: “La inscripción del cultivar aporta información confiable para los productores”.

En este punto, Lorello subrayó la importancia de “evaluar los materiales disponibles para una mejor toma de decisiones al momento de implantar un cultivo” y ponderó la necesidad de contar con “información y la disponibilidad de materiales de genética conocida y sobresaliente, lo que agrega valor al cultivo, mejora la competitividad de los productores familiares y la rentabilidad del negocio”.

Aromáticas comestibles, un sector en auge

El sector productivo de plantas aromáticas comestibles registra una tendencia alcista en la demanda mundial y nacional. Es que, cada vez más, los consumidores buscan alimentos naturales, con alto valor nutritivo y benéficos para la salud. Los compuestos fenólicos en sus hojas y flores actúan como antioxidantes naturales, además de poseer propiedades estimulantes, tónicas y antisépticas.

El romero es una planta rústica, aromática y perenne adaptada a climas templados y templados-cálidos, en laderas de montaña áridas y soleadas. En la Argentina, su cultivo se extiende en la franja oeste, desde Salta hasta la Patagonia, pasando por Cuyo.

“En 2015, cuando comenzamos este trabajo de caracterización y selección, nos motivaba darles una alternativa de cultivo a los productores de orégano del Valle de Uco, donde se obtiene el 70 % de esta especia del país. Queríamos darle impulso al cultivo de romero para fomentar la diversificación productiva de la zona con una especie de manejo semejante a la del orégano”, aseguró Lorello.

El primer romero criollo, al detalle

Criollo INTA es un romero de porte erecto, de plantas altas y robustas, con ramificación profusa y follaje de densidad media. Responde al tipo de romero comúnmente conocido como criollo o de hoja angosta. Sus hojas son finas, largas, de color verde oscuro ceniciento, muy aromáticas. El sabor es intenso, picante, alcanforado y amargo.

Presenta dos floraciones al año y se caracteriza por su elevado rendimiento en especia que supera los 3 mil kilos por hectárea de hoja seca y limpia. Además, presenta un alto contenido de aceite esencial entre 2,5 y 3 % v/p (hojas secas y limpias) y de extractos antioxidantes. Posee un quimio tipo cuyos componentes mayoritarios son eucaliptol (28,14 %), beta mirceno (25,41 %), alcanfor (15,34 %), alfa pineno (8,66 %). En la poscosecha, el secado y la separación de la hoja del tallo se dan con facilidad.

Esta variedad tiene buena adaptación a climas templados, templados cálidos, áridos y semiáridos, con alta insolación y amplitud térmica, tolerando temperaturas cercanas a los -8°C. Prefiere suelos sueltos, bien drenados, pobres, calcáreos, areno-arcillosos. Se adapta a condiciones de restricción hídrica, como los disponibles en Mendoza.

Su ciclo puede extenderse unos 6-8 años o cuando el rendimiento empieza a declinar. Se puede emplear para distintos usos productivos: cosecha de hojas para condimento, extracción de aceites esenciales, obtención de extractos antioxidantes. Es muy interesante su incorporación en sistemas productivos agroecológicos por su extensa floración, atracción de polinizadores, fuerte aroma, y por ser un arbusto de hojas perennes. También es una planta ornamental que se adapta muy bien a su cultivo en huertas y como cerco vivo.

Fuente: INTA

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