Agricultura

25/02

Los “biológicos” marcan un rumbo firme pero aún no seducen al productor

Más de una treintena de empresas se dieron cita demostrando las bondades de sus productos. Nutrida asistencia de profesionales y asesores, pero poca repercusión entre los productores. Reclamo a organismos oficiales por las demoras para homologar. 

La Escuela Agrotécnica Salesiana de Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, fue escenario del “II Encuentro Nacional de Producción con Biológicos”, organizado por Agribio, que se realizó el pasado 16 de febrero y contó con la asistencia de unos 1300 asistentes.

Se mostraron lotes de soja sometidos a tratamientos con algas marinas, polifenoles, diferentes cepas de hongos, bacterias, consorcios microbianos y levaduras entre otros, de acuerdo a lo informado por la organización. 

Como dato saliente debe registrarse que en Argentina el uso de biológicos -fitosanitarios, fertilizantes y enmiendas- está superando el 6% en cultivos extensivos (Brasil los adopta en un 17%) con una clara tendencia al crecimiento. 

Creció la oferta, pero… 

“Hace más de una década que esta línea de productos biológicos se está usando en Estado Unidos”, aclara el ingeniero agrónomo Mariano Rybay (M 82-4-0413), principalmente fertilizantes foliares y tratamiento de semillas. “Acá comenzó hace unos años con fertilizantes, bioestimulantes y tratamiento de semillas diferenciales, con distintas bacterias, aparte de lo químico. Hoy puede verse que hay todo tipo de productos para diferentes situaciones”, reparó. 

“Ha crecido la oferta, pero viene lenta la adopción de esa tecnología, destaca Rybay, ilustrando que “estamos en un proceso parecido a la transición entre la siembra convencional y la siembra directa”.

No obstante, señaló que “los productos biológicos han llegado para quedarse y para cambiar la situación del agro argentino”.

“Adoptar tecnología es la única posibilidad de, en las mismas hectáreas que se trabajan, crecer en producción, en cantidad de kilos por hectárea de producción de granos”, remarca Rybay. 

En una misma línea añadió quees un universo nuevo, hay mucho por delante, pero en realidad son complementos para la producción de granos que se pueden usar desde la semilla hasta el cultivo implantado en fase vegetativa y reproductiva, y se baja el nivel de estrés que implican otras aplicaciones”. 

Pensando en el productor, Rybay lanzó una sugerencia: “los técnicos tenemos que trabajar mucho en el tema para saber realmente qué es lo indicado para utilizar en cada situación. Si lo hacemos de esa manera veremos los resultados a campo de la mayor cantidad de kilos por hectárea y así el productor lo adoptará”.

También observó que “hay productos que requieren una inversión relativamente baja y otros que son bastante caros. La relación ‘costo/beneficio’ es un dato determinante para el productor. Sabemos que hay variedad de productos muy interesantes, profesionales probos, pero es importante tener diferenciadas las alternativas que nos presentan las empresas, para qué cultivo y para qué momento. Así tendremos más rentabilidad por hectárea”, concluyó. 

Menor crecimiento y escasa formación 

“Argentina es el país que menos ha crecido en la zona, sólo un 10% ó 12%, respecto de otros países con índices que van del 17% al 27%, razón por la cual es una tendencia que va a seguir aumentando”, afirmó el médico veterinario Roberto Rapela, presidente de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABio). 

Desde la Cámara están elaborando una currícula nacional para poder incorporarla en pregrado, grado y posgrado, “porque hay muy pocas universidades con currícula de bioinsumos. Nuestros ingenieros agrónomos y otros profesionales afines, no están preparados en bioinsumos”, advirtió. 

Acerca de la homologación de productos, el presidente de la CABio reconoció que los organismos (SENASA, por ejemplo) tienen buena predisposición, “pero hay que actualizar la forma de poder inscribir los productos, que en estos momentos se inscriben en el área ‘Agroquímicos’, una tremenda contradicción”. También están dando pasos para que las pequeñas empresas elaboradoras de bioinsumos puedan inscribirse más rápidamente.

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