En general, durante esta primera mitad del año y hasta prácticamente la salida del invierno, la relación de reposición medida entre el valor del ternero de invernada y el precio del novillito gordo listo para faena, suele estar mucho más influenciada por la disponibilidad de terneros y su ritmo de salida de los campos -asociado a las condiciones forrajeras de los mismos-, que por grandes fluctuaciones en el precio del gordo.Si bien el año arrancó climáticamente muy diferente al ciclo anterior, a partir de mediados del otoño la situación comenzó a cambiar, las lluvias se cortaron de manera muy marcada en los últimos dos meses dando inicio a un invierno muy duro no solo por la falta de humedad acumulada sino fundamentalmente por las bajas temperaturas registradas a inicios de julio. Recordemos que, durante la primera semana de julio, las marcas térmicas resultaron muy inferiores a lo normal, generando varios días con heladas severas que restringieron drásticamente la receptividad de los campos, evento que para varias zonas del centro-sur pampeano se está repitiendo en estos últimos días del mes. Aun así, los valores de la invernada se mantienen relativamente firmes. La escasez de terneros que comienza a marcarse para esta época del año -habiendo trascurrido cerca del 50% de la zafra- evita en cierto modo que los valores se deterioren más pronunciadamente. Los precios registrados la semana pasada en los diferentes remates realizados en el marco de la Exposición Rural de Palermo, dan cuenta de un mercado que intenta afirmarse, aunque sin abandonar la cautela. En promedio, los valores para los terneros rondaron los $2.400 a $2.500 el kilo, con máximos registrados por lotes especiales que, alentados también por la muy buena financiación ofrecida por los bancos, llegaron a pagarse hasta $2.900 el kilo. El promedio para terneros registrado por Rosgan fue de $2.525 el kilo, un 10% respecto de lo marcado en el último remate habitual.

