Cabaña La Argentina, casi un siglo hilando la historia de la raza Merino en el país

Cabaña La Argentina, casi un siglo hilando la historia de la raza Merino en el país

En el centro de la provincia de La Pampa se encuentran las cabañas La Nueva Argentina y La Argentina. Una de sus principales producciones es la cría de ovejas de la raza Merino. En 2028 el emprendimiento iniciado por José Pastor Pérez y Pascua Paoli cumplirá sus primeros cien años de actividad.

«Alpachiri» es una localidad de la provincia de La Pampa. Su nombre proviene del quechua y significa «tierra fría». A 25 kilómetros de esta población se encuentra la Cabaña La Argentina, que fue el campo donde se establecieron José Pastor Pérez, con su esposa Pascua Paoli, y tuvieron ocho hijos.

Las tierras las compraron en 1918, y una década más tarde comenzaron con la cría de lanares, que “en esa época era muy rentable y llegaron a tener más de 4 mil ovejas de distintas razas, entre ellas Corriedale, Merino y Merino Argentino. Luego, en el año 1936, realizaron la primera compra de Merino Australiano”, cuenta Matías Pérez Garderes, bisnieto de los creadores de la cabaña.

Uno de los hijos de José Pastor, Licino Alberto, es quien continuó con la actividad y en 1945 sumó al plantel ovejas puras de pedigree Merino Australiano, de la cabaña más importante de esos tiempos que era la Estancia Maquinchao, del centro de Río Negro.

La Cabaña La Argentina es el rebaño número 53 inscripto en la Sociedad Rural Argentina, y en la actualidad es uno de los cuatro establecimientos ovinos más antiguos vigentes en el país.

Del relato familiar, Pérez Garderes rescató que “en esos momentos se asistía a exposiciones y eventos que se hacían en La Pampa, General Hacha, Santa Rosa; en provincia de Buenos Aires en Coronel Pringles, Suárez, Bahía Blanca, y en Río Negro en la Sociedad Rural de Viedma y Patagones, donde se obtuvieron grandes campeones”.

Tras el fallecimiento de Licino Alberto, siguió con el establecimiento uno de sus tres hijos, Néstor Heraldo Pérez, quien mantuvo la costumbre de participar de exposiciones, y consiguió “el premio del Gran Campeón en la mejor muestra ovina del país, en Comodoro Rivadavia, en el año 1999. Después pudimos llevar animales en el 2000 y luego por la barrera antiaftosa no pudimos asistir más”, relata Pérez Garderes, hijo de Néstor Heraldo, y propietario de La Nueva Argentina, retoño del emprendimiento nacido en 1918.

Con Néstor Heraldo también llegó la técnica de la inseminación por laparoscopía en 1989, práctica traída de Australia, al igual que el semen congelado que se empleaba.

Lana y carne

Una de las principales características de la raza es la producción de lana, de calidad y cantidad, “todas las prendas más caras tienen lanas merino”, reconoció el criador.

Al mismo tiempo, ponderó que en la actualidad “esta raza es lanera y carnicera, se la selecciona por zona área de bife, por grasa dorsal, lo mismo que el vacuno, nada más que al merino le tenemos que agregar calidad y cantidad de lana”.

Es de destacar que esta raza ovina se adapta perfectamente a las zonas marginales y desérticas, por lo cual las mayores existencias en el país están en la Patagonia.

“Se trata de un animal que no come tanto, por ejemplo, nosotros estamos en el centro de la provincia de La Pampa, que es una zona de 600mm anuales y se desempeña muy bien”, afirmó el cabañero.

La Nueva Argentina

En el año 2004, Néstor Heraldo le regaló diez ovejas a su hijo Matías, y así nació La Nueva Argentina, “donde incorporé técnicas de transferencia embrionaria y más adelante, sumamos la fecundación in vitro, con semen de carneros de Australia, y en 2013 traje la primera oveja australiana y después volví a comprar en 2016 y 2019, de diferentes cabañas”.

En 2025, las ovejas Merino, tras 12 años de ausencia, regresaron a la Exposición Rural de Palermo de la mano de Pérez Garderes, quien desde que inició su cabaña participó asiduamente de la muestra porteña, logró la copa ‘República del Ecuador’ que otorgaba la Sociedad Rural Argentina por ganar tres años consecutivos (2011, 2012 y 2013), y también impuso la calidad de sus animales en las exposiciones de Viedma, Patagones y Bahía Blanca, entre muchas otras.

En La Nueva Argentina “mantenemos los planteles con genética de última generación y compartimos los rebaños con mi hermano, Laureano Pérez, que continúa con la Cabaña La Argentina”, contó el cabañero y para hacer un repaso de la larga historia familiar precisó con orgullo: «El nuestro debe ser el tercer rebaño más viejo de pedigree de Merino que queda en existencia en la República Argentina. Mi bisabuelo inició con Merino Argentino, que era el Rambouillet, y después le siguieron mi abuelo y mi padre. En 2028 cumpliremos 100 años de trabajo con las ovejas».

Por Pablo Salinas

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