Desde San Luis, la solución ecológica con lana de oveja que transforma la construcción

En La Toma, San Luis, una empresa familiar está revolucionando la industria de la construcción con una propuesta tan innovadora como sustentable. Aislana, fundada por Javier Dupuy y Fernanda Oriolani, convierte residuos de lana de oveja en aislantes térmicos ecológicos, apostando por el desarrollo local, la economía circular y el triple impacto.
“Iniciamos con el proyecto porque vivíamos en una pequeña chacra en la sierra de San Luis. Teníamos una pequeña majada, 33 ovejas y al realizar la primera esquila, encontramos que no podíamos vender esa lana. Incluso nos sugirieron que la entremezcláramos, pero nos encontrábamos autoconstruyendo nuestra casa en la chacra y a mi esposa Fernanda, se le ocurre la idea de poder utilizar esa lana para la aislar las paredes y el techo. A partir de esa idea surge a AISLANA”, cuenta a Expoagro Javier Dupuy y añade que 40 % de la emisión de dióxido de carbono a nivel global es generdo por la industria de la construcción, «ya sea por ineficiencias en los tiempos constructivos o por el gran uso de energía que se requieren los procesos industriales para generar los materiales. Tambien vale resaltar que el 55% de la lana obtenida a nivel mudnial, es un insumo que no tiene caracteristicas necesarias, para ser usada por la industria textil», señala.
Así es como “AISLANA”, revoluciona el concepto de aislamiento térmico mediante el uso de materiales renovables y biodegradables, propiciando espacios más saludables y reduce la huella ambiental al promover un modelo económico responsable. “Una solución que transforma la construcción en una herramienta para el bienestar colectivo”, definen los creadores.
En referencia a las ventajas que tiene la lana ovina frente a otros aislantes tradicionales, Javier y Fernanda explican que casi el 100% de los materiales convencionales en la aislación son sintéticos. “Podríamos considerar la celulosa como algo más natural porque viene del reciclaje de papel, pero el papel en realidad proviene de una actividad industrial de la madera y resulta sintético también” analiza Dupuy ya agrega que la lana ovina en cuanto a performance térmica, “no presenta niguna diferencia”, ya que la lana desde el punto de punto de vista de conductividad térmica, “es tan buena como cualquier material existente en el mercado” y el resultado “depende la densidad de lana que se utilice. Podemos cubrir rangos de conductividad que van de 050 0,056 W grados Kelvin. Como una baja conductividad, que es una densidad de 14 kg por metro cúbico, a conductividades de 0,032 o 33 wattios por kelvinmetro, que es a una densidad de unos 30 kg por metro cúbico”, indica de manera técnica Dupuy.
A la vez que señala, que la gran diferencia de la lana con respecto a todos los otros materiales aislantes es que, “se trata de una fibra desarrollada por la naturaleza para la aislación térmica de las ovejas, justamente aporta al animal eficiencia energética en cualquier condición climática donde la oveja se encuentre, ya sea frio o calor.
O sea, la lana fue no fue creada para vestir a una oveja, no es una prenda, sino es una barrera térmica que diseñó la naturaleza para hacerla eficiente energéticamente la oveja y que el animal pueda desempeñarse en cualquier condición eh ambiental”, remarca el referente de AISLANA y señala: “La energía que se necesita para obtener un aislante a partir de una oveja es eh mínima”.
Sobre estudios realizados en materia de mediciones que avalen el rendimiento térmico del aislante propuesto, comenta: “junto al INTI se realizaron estudios de conductividad térmica y los resultados obtenidos coinciden con mucha bibliografía existente a nivel internacional, realizado también por empresas que trabajan con lana, el comportamiento de la de la lana en cualquier lugar del mundo es el mismo”.
Al ser consultado sobre el impacto económico y ambiental que genera la iniciativa en las comunidades productoras de lana ovina. Dupuy detalla que su “emprendimiento tiene un fuerte compromiso con el desarrollo a nivel local y territorial. Creamos la planta en la chacra donde vivimos y allí realizamos todas las tareas de acondicionamiento de la fibra sin tener que tercerizar ninguna de las etapas de trabajo. Sólo se terceriza la distribución mediante una empresa logística.”
“Contamos con dos puestos de trabajo más los dos puestos nuestros– él y su esposa Fernanda-, y las personas que trabajan son de vecinos, Generamos industria en lugares remotos donde el clásico es el éxodo del campo a ciudad. También compramos anualmente cerca de 12,000 y 13,000 kilos de lana bruta a productores que hace 3 años atrás la estaban quemando. Buscamos generar ingresos a esquiladores”, detalla.
Sobre los principales desafíos a la hora de escalar en el mercado con el novedoso modelo de construcción que propone AISLANA y qué perspectivas tienen para el futuro, el referente indica, “Claramente somos una opción y hoy la demanda supera ampliamente nuestra capacidad que tenemos. Nos encontramos planificando pedidos para enero del próximo año y en este marco entendemos que la industria y la construcción sustentable están creciendo y propone confort y eficiencia energética con el mínimo impacto ambiental posible”, concluye.
Por Marizú Olivera Orquera
En caso de replicar este contenido en su totalidad o parcialmente, por favor citar como fuente a www.expoagro.com.ar en el primer párrafo y al final de la nota.
Compartir