Tokenización de campos, ¿cómo invertir en tierras productivas con solo 100 dólares?

Tokenización de campos, ¿cómo invertir en tierras productivas con solo 100 dólares?

Con el objetivo de que cualquiera pueda comprarse un pedacito de campo, expertos en Blockchain y en agronegocios crearon la empresa Landtoken que permite acceder, a través de un fideicomiso, a la compra de fracciones de tierras productivas de manera sencilla y con una rentabilidad anual que puede llegar al 10%.   

En el país de las grandes extensiones de tierras, donde los diversos cultivos acompañan los paisajes ruteros ¿quién no soñó alguna vez con poder comprar hectáreas? Sin dudas las grandes inversiones y el conocimiento para determinar la calidad del suelo, son dos importantes barreras para quienes no pertenecen al ámbito agropecuario. Sin embargo, con la creación de la primera plataforma de tokenización de campos, ahora cualquier persona puede hacer realidad ese sueño con una inversión mínima de U$S100.  “El objetivo es que cualquiera pueda acceder a comprarse un pedacito de campo, sin necesidad de tener ningún conocimiento ni de preocuparse por su administración”, cuenta Matías Simone, CEO de Landtoken, la empresa basada en Blockchain que permite invertir desde unas pocas fracciones de hectáreas.

La compañía, que se formó en 2023, está integrada por importantes referentes de la tokenización y de los agronegocios: Adecoagro, Ignacio Lartirigoyen, Gerardo Bartolomé y Justoken (ex Agrotoken). Actualmente tienen cerca de 1000 inversores y, durante estos primeros dos años de operación, ya vendieron los dos primeros campos tokenizados del mundo.

Digitalización de tierras productivas

La tokenización de activos, en este caso de tierras productivas, es su representación digital en Blockchain. “A diferencia de los activos financieros, es un activo de economía real, detrás de esta inversión hay campos que se alquilan. Por ello mucha gente que no es del rubro se entusiasma con la idea de poder formar parte de esta industria”, resalta Simone.

Una de las ventajas principales de este sistema es que permite participar en la compra de tierra productiva de una forma simple y ágil con la posibilidad de diversificar la inversión y una administración eficiente.

Para seleccionar los campos que se pondrán a la venta, los desarrolladores crearon un certificado llamado Proof of land donde cada establecimiento pasa por una rigurosa verificación de aspectos legales, capacidad productiva y condiciones económicas. “Una vez verificado el campo, se agrega a la plataforma y se ofrece a los inversores, se reúne el capital mínimo para la compra del campo, se tokeniza y se distribuyen los landtokens a los inversores, esto representa su participación en el campo. Luego, cada uno recibe una renta asociada al rendimiento del campo en el cual invirtió, proporcional a la cantidad de landtokens adquiridos”, explica el CEO. Trabajan en alianzas con inmobiliarias y operadores de campos, y se aseguran que el operador del campo sea un arrendador dispuesto a trabajarlo de manera sustentable y con buenas prácticas. 

Desde sus inicios, la plataforma trabajó con un fideicomiso de administración al cual se adhieren los inversores, logrando tener más de 12 mil usuarios. “Pero para escalar el producto, comenzamos la migración desde un fideicomiso privado a uno financiero con oferta pública que será el primero para tierras productivas autorizado por la Comisión Nacional de Valores (CNV)”, detalla Matías. De esta manera, “en vez de invertir desde nuestra plataforma, se podrá hacer desde cualquier sociedad de Bolsa, lo cual nos aumenta las posibilidades de ampliar la llegada a más inversores y así poder sumar más campos a la oferta”, dice. Además, a partir de la nueva regulación de la CNV, que en junio de este año permitió la tokenizacion de activos reales regulados bajo su norma, el fideicomiso también se va a poder vender a través de Exchanges cripto.

Con esta nueva metodología, el inversor invierte en una canasta de campos, en forma proporcional de acuerdo al monto de la inversión. Asimismo, hasta que este nuevo proceso esté operativo, quien quiera adquirir alguna fracción de los campos que están vendidos, puede completar una solicitud de compra y esperar el momento en que otro inversor quiera vender su parte. “Es un mercado secundario bastante fluido, se hicieron más de cien operaciones entre pares”, comparte el socio de Landtoken.

Una inversión para todos

En pocos minutos y con simples requisitos, cualquier persona puede ser dueña de una fracción de tierra productiva y obtener un flujo de renta dolarizado. El primer paso es darse de alta en la plataforma Landtoken y cargar la solicitud de compra. Se validará el perfil de cada usuario, asignándole un monto autorizado para invertir. “El mínimo con el que se puede ingresar son 100 dólares, es un monto que hace que la gente se anime a probar”. Cabe aclarar que con el nuevo esquema de fideicomiso financiero, se requerirá tener una cuenta comitente en cualquier agente de Bolsa.

En la página web se encuentra la información detallada de cada campo como su ubicación, cantidad de hectáreas, su valor y la renta total estimada. Además, los propietarios del campo reciben todos los meses reportes sobre los rendimientos de la cosecha y diferente información relevante con la intención de que “no sea una inversión pasiva, sino que puedan aprender sobre el campo”. Incluso tienen previsto realizar visitas guiadas para que los inversores puedan conocer los establecimientos. 

En cuanto al rendimiento, el profesional detalla que se cobra en quintales de soja y está integrado por dos componentes: “La renta por apreciación del valor al campo, es decir el valor que pueda haber aumentado la hectárea al momento de venderlo (estimado entre un 5 y 6%), y el arrendamiento del campo (renta anual) que se encuentra en un 4% aproximadamente. Esto hace que en una inversión de mediano plazo se esté en torno al 10%”. Cuando se tokeniza un campo o tierras productivas, el valor que tiene es el valor inmobiliario del campo, lo cual evita la volatilidad o incertidumbre.

Todos ganan

Desde la compañía plantean esta nueva actividad económica como “un juego en el que cada uno hace lo que sabe hacer y donde todos tienen algo para ganar”:Por un lado Landtoken desarrolla la tecnología que permite invertir en este activo que antes era para grandes capitales, luego está el operador que alquila campos para producir con un contrato de 3 o 4 años, lo cual le da estabilidad en el largo plazo y va a hacer que le agregue valor a la tierra, y por último, el inversor sabe que con ese contrato le van a cuidar el campo”, resume el CEO. 

Si bien por el momento el sistema está abierto solo para ciudadanos argentinos, el ingreso al fideicomiso financiero les permitirá ampliar la llegada a nivel mundial. “Cuando un campo está tokenizado, una persona se puede comprar una hectárea desde cualquier país del mundo. Es muy sencillo, da una apertura y una liquidez que hoy es inimaginable. Con lo cual, creo que estamos dando los primeros pasos de algo que puede ser muy  grande. Actualmente no existe una plataforma como esta en ninguna parte del mundo”, concluye Matías Simone.

Por Paola Papaleo

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