Transformar los datos en información, el desafío del agro del futuro

Transformar los datos en información, el desafío del agro del futuro

Con un gran desarrollo de las Agtech, la agricultura de precisión avanza en la incorporación de automatización y robótica generando un 15% más de productividad, pero aún debe superar el reto de la baja capacitación y promover un trabajo interdisciplinario para alcanzar su máximo rendimiento.

Es un hecho que la tecnología llegó al campo para quedarse, pero ¿Se está utilizando para aprovechar todo su potencial? ¿Cuáles son las tendencias que vienen? Para responder a estas preguntas, conversamos con el ingeniero agronomo Fernando Scaramuzza, Asesor Consultor en Agricultura de Precisión y ex integrante del Grupo Agricultura de Precisión Área de Agronomía de la Estación Experimental INTA Manfredi (Córdoba), quien comparte un dato contundente: de acuerdo a un trabajo que realizó en 2024 en el marco del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se determinó que “solo 2 de cada 10 productores están haciendo todo el ciclo de agricultura de precisión completo: rescatar los datos, procesarlos, transformarlos en información para tomar decisiones asertivas y volver a juntar todos esos datos para retroalimentar el sistema”.

 

Si bien el ingeniero agrónomo atribuye la baja adopción de la tecnología a que “sus avances van más adelante que la capacidad que tenemos de aprovecharlos”, no duda en afirmar que “nos encontramos con una gran oportunidad respecto al uso de la tecnología para el manejo de nuestros cultivos, estamos frente a una agricultura de avanzada”.

En ese sentido, la agricultura de precisión es una gran aliada para aumentar la productividad en el campo. Se trata de “una estrategia de gestión que recoge, procesa y analiza datos temporales, espaciales e individuales y los combina con otras informaciones para respaldar las decisiones de manejo de acuerdo con la variabilidad estimada, y así mejorar la eficiencia en el uso de recursos, la productividad, calidad, rentabilidad y la sostenibilidad de la producción agrícola”, explica el profesional. Si bien en sus inicios el principal objetivo era el uso eficiente de los insumos según ambiente, actualmente se sumaron muchos otros como el “poder ser sostenible, sustentable, aportar a la eficiencia global del manejo del proceso, y al crecimiento y desarrollo de las comunidades, ser responsable socialmente y con el cuidado del ambiente productivo”.

El avance de las Agtech en el campo

Argentina, junto con Brasil, es líder en desarrollos de Agtech en Latinoamérica, es decir el conjunto de tecnologías digitales que se emplean para hacer posible la agricultura de precisión. 

Las nuevas Agtech se nutren de los datos que puede generar la maquinaria agrícola a través de sus sensores. Un relevamiento realizado por Scaramuzza para el último Congreso de Maíz, mostró que hay más de 24 mil máquinas conectadas que están cubriendo el 70% de la superficie sembrable de argentina. “Tenemos los datos a disposición, lo que falta es la conciencia para saber cómo manejarlos, transformarlos en información y procesarlos para tomar decisiones cada vez más asertivas con el objetivo de poder avanzar en un proceso productivo que nos lleve a ser eficientes, sostenibles, sustentables y precisos”, expresa.

Con un solo clic ya es posible llegar a una prescripción, entrar a una plataforma y tener una imagen satelital actualizada con el seguimiento del cultivo al instante y de manera muy simple. “Se está viendo un gran avance con máquinas que están utilizando la inteligencia artificial para predecir qué es lo que va a pasar y cómo se tienen que autoajustar para ser más productivas y eficientes. Ya tenemos una cosechadora, por ejemplo, que permite ver ocho metros hacia adelante para anticipar el proceso de acomodar la máquina para una mejor cosecha y, a su vez, en los acarreadores de grano limpio la inteligencia artificial permite saber cuál es la calidad que queremos obtener de esos granos”, dice el ex investigador de INTA Mandredi y agrega que “la productividad de un campo que incorpora la agricultura de precisión puede crecer, en promedio, entre un 10 y un 15%”. 

Saber aprovechar los datos, esa es la cuestión 

Con un sistema productivo que se diferencia del resto del mundo, Argentina es pionera en la implementación de agricultura de precisión. Sin embargo, Scaramuzza detecta un inconveniente que puede dificultar el crecimiento de esta tecnología, si no prestamos atención: “Entre el 70 y 80% de la cosecha está en manos de los contratistas, así como la pulverización y el 50 al 60 % de la siembra. Tienen la mejor tecnología, están capacitados, pero muchos de ellos no se dan cuenta que se están quedando con los datos del productor”. 

Para resolver esta situación, el profesional comenta la importancia de concretar un acuerdo entre el productor y el contratista que determine cómo ceder esos datos. Y, en este sentido, será la tecnología la que permita interconectar la plataforma del contratista con la del productor para transferir los datos de manera automática.

Transformar esos datos en información posibilita analizar lo sucedido durante las campaña y evaluar así las decisiones tomadas, de esta manera es posible planificar futuras prescripciones, realizando recomendaciones según ambiente, concebir muestreos dirigidos en distintos puntos del lote, para determinar cuáles son las demandas y conocer qué están pidiendo los cultivos en función del potencial productivo, entre otras cuestiones. Como ejemplos, el consultor detalla: Los ópticos o sensores que nos permiten ver las malezas que se encuentran dentro del lote o el estado de salud de los cultivos con imágenes satelitales de alta resolución; el uso de drones también ha crecido exponencialmente, ya que al sobrevolar los cultivos permiten hacer un mapa que, suministrado a la computadora de la pulverizadora, nos permite hacer aplicaciones sectorizadas, entre otros avances. “Todo esto contribuye a la economía, la eficiencia en el uso de los fitosanitarios y el cuidado del ambiente productivo”, dice.

La agricultura que se viene

El crecimiento exponencial de la tecnología estuvo dado, principalmente, por el aumento del área del maíz en nuestro país. Este cultivo fue el primero en incorporar las principales tecnologías de agricultura de precisión en los distintos procesos como pulverización, fertilización, siembra y cosecha. Así, es posible observar una pulverizadora que detecta cuándo es el momento de abrir su electrovávula para aplicar el producto sobre las malezas únicamente, o rasadores de semillas que al momento de la siembra se ajustan de forma automática para una mejor singulación. Los sensores también evolucionaron de manera sorprendente para detectar qué está pasando en el fondo de cada surco.

Si bien la implementación de robótica dentro del campo no crece al mismo ritmo que la automatización, el uso de las nuevas tecnologías será lo que facilite en pocos años un proceso de robotización dentro del agro. Para Fernando Scaramuzza los principales rubros de aplicación serán la pulverización y la siembra, y el crecimiento más exponencial se verá en los drones.

Asimismo, aclara que “las tomas de decisiones en cuanto a cómo setear una tecnología seguirá estando a cargo del operario. La automatización o robótica facilitan las tareas, la comodidad en el trabajo, permiten estar menos pendientes del manejo y más atentos al proceso que realiza la máquina o los requerimientos de la siembra o el cultivo”.

Por otra parte, destaca que el cambio generacional está modificando la estructura de las empresas agropecuarias con la inclusión de los jóvenes que traen la tecnología incorporada, y a su vez ubica al ingeniero agrónomo como “el director de orquesta encargado de gestionar toda la información que trae la maquinaria agrícola”. En ese sentido, afirma que “el gran desafío está en capacitar a los operarios para que aprovechen al máximo la tecnología de la maquinaria y poder integrarnos interdisciplinariamente para el crecimiento de la eficiencia productiva”.

Visualizando al agro del futuro con un gran potencial de desarrollo, Scaramuzza afirma que “estamos en un punto de inflexión en donde las empresas de servicios de agricultura de precisión van a jugar un gran papel, apoyando y acompañando en el crecimiento a los productores y a toda la empresa agropecuaria”.

Por Paola Papaleo

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